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Nadie sabe cómo se mantiene en pie este poste en Av. Argentina

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Hace ya varios días que un poste en la intersección de Avenida Argentina con Iquique -exactamente el segundo de poniente a oriente, en el bandejón central- se ha transformado en el temor de los vecinos de ese sector de Antofagasta. Según los pobladores, hubo un accidente hace más de una semana que trizó el poste, dejando gran parte del mismo separado de su base.

"Nosotros esa vez quedamos a medianoche sin luz", dice Ana Zaldívar, vecina que vive frente al poste del terror. "Eso está peligroso, mire donde están los cables y nadie ha venido a ver nada. En cualquier rato eso se va a caer", asegura.

"La Estrella" fue al lugar a constatar qué tan peligroso estaba el poste quebrado y -hasta el lunes- solamente una cinta de peligro envuelta a su alrededor avisaba de a lo que se exponían los transeúntes del sector. "Siempre hay accidentes acá, de todos lados. Chocan de donde vienen muy apurados. (Los autos) se meten tan fuerte que no atinan ni a parar", dice la vecina Ana.

Consultamos en Elecda y nos comunicaron que están al tanto del problema y durante la madrugada de hoy -cuando esta edición se estaba imprimiendo- se iba a trabajar en la reposición del poste del tendido eléctrico en el bandejón central de Argentina, para que durante esta mañana quedara funcionando normalmente.

Rematan productos de exhibición del retail: hasta vidrios quebrados

Televisores, relojes de pared, juguetes de Star Wars y cientos de cosas estarán este fin de semana en el Terminal Pesquero. RELOJ DE PARED $100.000 VIDRIO QUEBRADO $5.000
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Ignacio Araya Chanqueo

Probablemente le haya pasado alguna vez: le encantó un artículo equis en una tienda -pongámosle que una tele- y entra a buscarla. Va, pregunta por la tele y le dicen que ya no hay. "Pero cómo, si está ahí", insiste usted. "No señor, es que esa es de exhibición, no la podemos vender", le responden. Y usted de vuelta a la casa, decepcionado y sin la tele.

Al fin y al cabo, esa tele de exhibición al final termina igual para la venta, pero casi siempre en remates como el que está desde hace dos semanas en el Terminal Pesquero de Antofagasta. Ahí, aparte de televisores, se apilan celulares, computadores, relojes de pared, juguetes y hasta vidrios quebrados. El remate es, justamente, de artículos que estuvieron en exhibición o saldos de las tiendas del retail.

"Éste será nuestro último fin de semana", cuenta Adolfo Montero, martillero que recorre el país con mercadería que le llega de las tiendas. "Podemos llegar a precios muy por debajo de lo que cuesta en el mercado, hasta de 70% de descuento que en el comercio normal", dice. Por ejemplo, señala, el fin de semana pasado se remató un notebook que vale 300 mil pesos en ochenta lucas. Ayer, decenas de personas llegaban número en mano a retirar las compras que hicieron el fin de semana largo.

El remate de los últimos artículos será este viernes, sábado y domingo desde las 14 horas, aunque la gente puede ir al Sindicato de Pescadores a partir de las 11, cuando abrirán para que la gente mire la exposición. Si va a ir, le van a pedir un abono en efectivo o por tarjeta de crédito. El resto se paga cuando usted adquiere el producto de remate.

"Todo sale probado, funcionando y se garantiza el funcionamiento de las especies", dice el vendedor Montero, conocido a nivel nacional tras un incidente en febrero pasado cuando tuvo una fuerte disputa con el alcalde Óscar Catalán, en Puerto Aysén, quien lo habría agredido en una pelea donde el alcalde terminó detenido.

"Estas máquinas están nuevas", dice apuntando a una máquina de coser que alguien se llevó a 40 mil pesos (valía $140 mil). "Están nuevas pero son de exhibición. Pueden tener rayitas, manchitas, pero están en funcionamiento", asegura. Este fin de semana, el remate estará abierto -calcula- hasta las 21 horas aproximadamente.

Para hacerse la idea de algunos precios del remate del fin de semana pasado: una petaca grabada con la marca Jack Daniel's, ocho mil pesos; un celular Samsung Galaxy S7, 300 mil; un reloj de pared, cien mil pesos; un vidrio quebrado, cinco mil pesos.

-Perdón, ¿pero por qué alguien querría un vidrio quebrado?

-El cliente lo quería para exponer un álbum familiar, le gustó el marco.