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A 15 años de la tragedia que remeció a la industria minera

Rescatistas recuerdan los duros momentos que vivieron cuando trabajaban para rescatar los cuerpos de las víctimas que viajaban en el bus. En la oportunidad también murió toda la SIAT que venía vía aérea a investigar lo ocurrido.
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Elizabeth Pérez D.

Pueden pasar muchos años más y para los protagonistas de una de las mayores tragedias mineras de la última época, ésta seguirá para siempre grabada en sus recuerdos. Más allá de pertenecer o no a esta industria, no hay quien no recuerde lo que ocurrió aquel fatídico martes 10 de octubre del año 2001.

La jornada para muchos recién comenzaba, pero para el grupo de trabajadores que venía desde minera El Abra estaba concluyendo.

Iban de regreso a su hogar, sin embargo en el trayecto el destino quiso que escribirán una historia distinta.

Viajaban en un bus de transporte de personal que impactó de manera frontal con una camión mixer.

La colisión fue de tal magnitud que la mayoría de los ocupantes perdieron la vida de forma instantánea.

La imagen con que se encontraron los rescatistas ha sido difícil de borrar de sus memorias.

Un accidente prácticamente sin precedentes en la zona, que marcó un antes y un después entre los mineros.

A pesar del tiempo transcurrido, los sobrevivientes aún no sanan todas las heridas y el dolor que les provocó protagonizar este fatal accidente.

Después de meses de trabajo pudimos contactarnos con dos de ellos. No daremos sus nombres por respeto.

Nos atendieron con inmensa amabilidad y reconocieron que hoy son supervivientes de esta tragedia, sin embargo afirman que el impacto de lo vivido aún no se supera y que es difícil hablar de lo que sucedió aquel día.

La opción de entregarnos una entrevista fue desechada y entendiendo lo que para ellos significó optamos por no seguir insistiendo.

Ambos ya no están en la zona, sin embargo uno de ellos sigue vinculado a la minería, pero en otro punto del país.

Si bien fueron los principales protagonistas, los rescatitas que llegaron al lugar también jugaron un rol clave.

En el 2001 Renato Sandoval era capitán de Bomberos (hoy comandante) y Steve López un rescatista (hoy capitán).

Accedieron a entregar su testimonio sobre lo que vivieron esa mañana de martes, cuando fueron testigos en primera persona de una tragedia que marcó la historia policial.

Renato ese día debía trabajar en Chuquicamata, pero debió ausentarse por la mañana para realizar algunos trámites. Venía bajando cuando escuchó por radio del accidente en la ruta.

"Pedían apoyo de Bomberos para el rescate y fui de inmediato a terreno para ver qué estaba ocurriendo. Cuando llegué al lugar, por un par de minutos me quede sin palabras. Lo que vi era algo tremendo", explicó.

Las labores de rescate estuvieron a cargo de la Primera Compañía de Bomberos, que recibió también el apoyo de voluntarios especializados de otras bombas.

Entre ellos se encontraba Steve López, quien coincidentemente hace muy poco había realizado el curso como rescatista.

"Nos separaron en cuadrillas porque era mucho el trabajo que había que hacer. El bus y el camión estaban completamente destruidos. Todos los asientos se salieron de su base y fueron desplazados hacia el fondo con los pasajeros", relató.

Fueron más de 12 horas de intensa labor de los cerca de 30 voluntarios que debieron ir trabajando en patrullas con relevos.

"Los asientos delanteros se corrieron de sus bases, se rompieron los pernos y se fueron para atrás. En una maniobra de rescate, quedó un desorden total adentro del bus. Hubo que cortar asientos hasta llegar a los cuerpos", explicó Sandoval.

Hasta ese momento nadie aún dimensionaba lo que estaba pasando. Costaba dar crédito a tan dantesca emergencia. El ministro del Trabajo de la época, Ricardo Solari, reconoció que se trató del peor accidente laboral del año 2001. El impacto fue a nivel nacional y en ese momento los canales de televisión comenzaron a transmitir en vivo, como lo comentó Steve López.

"Eso provocó que comenzara lo más complejo de todo. La mayoría de los trabajadores no era de Calama, eran de otras regiones. Sus familias se comenzaron a enterar por la televisión y nosotros supimos de inmediato que eso sucedió porque comenzaron a sonar todos los celulares de los trabajadores al mismo tiempo. Eso era terrible, porque debíamos seguir trabajando, sabiendo que esa llamada era porque la familia quería saber si su ser querido era parte de esta tragedia que veía en las noticias", explicó.

Solo dos de los trabajadores fallecidos efectivamente eran de la región, el resto venían de distintos puntos del país.

Los que sí llegaron al lugar fueron sus compañeros de trabajo, quienes no podían ocultar su impacto al ver lo dramático de la imagen.

Según las informaciones de la época, luego del impacto ambos móviles se desplazaron a los menos 40 metros.

La Sección Investigadora de Accidentes de Tránsito debía llegar a la ciudad proveniente de Antofagasta de forma urgente para establecer las causas que provocaron la tragedia.

Los seis integrantes de la unidad especilizada lo hicieron vía área, sin embargo la avioneta sufrió un desperfecto y todos fallecieron en Antofagasta en el sector de La Chimba.

Una nueva cuota de dramatismo para la tragedia que dejó a 17 mineros muertos y que solo horas más tarde el mismo día martes 10, sumó a otras seis víctimas.

"El último cuerpo que rescatamos fue el del conductor del camión. Recuerdo que su esposa llegó con su hijo en brazos y me preguntó por él, yo sabía que estaba muerto pero no fui capaz de decirle", agregó Sandoval.

La tragedia de los trabajadores contratistas de El Abra sigue presente en el recuerdo de toda la familia minera y también de toda una ciudad, que un 10 de octubre de 2001 se vio conmovida por esta dolorosa tragedia.