Osvaldo Vega Carvajal
A la misma hora que se realizaba la misa del mediodía por el Día de Todos los Santos en el Cementerio Municipal de Calama, llamó la atención que la gente antes de presenciar la eucaristía, pasaba a la tumba que estaba al lado de este escenario, que pertenece al pequeño Mateo Riquelme (o Tejada como sale en su féretro por su madre), el cual fue asesinado y hallado a 20 centímetros bajo tierra en una quebrada en el desierto en el 2014.
Una gran cantidad de flores y juguetes se podían apreciar a un costado de su tumba, porque la gente aún guarda un tremendo cariño a este angelito, que lo mataron de forma despiadada.
Asimismo, sigue contando con varias placas de agradecimientos por favores concedidos, porque muchos loínos lo catalogan como milagroso.
El vecino Sergio Pizarro es una de las personas que siempre pasa a verlo y declaró que "él hace hartos favores y donde murió tiene varios peluches en agradecimiento. Fue impactante su muerte".
Mientras que el poblador Domingo Catalán dijo que "mucha gente lo viene a ver y siempre le dejamos regalos y rezamos por su eterno descanso". A su vez, don Uber Marín recalcó que "es un angelito que murió de manera trágica y fue una conmoción para la ciudad, por lo que siempre cuando están afectos a cosas niños inocentes, a uno lo marca como papá".
Por su parte, conversamos con el funcionario del Cementerio, Rolando Martínez, quien precisó que calculan en los cuatros días de visita al camposanto, que acudieron unas 12 mil personas y este pasado lunes 31 fue donde llegó más gente.
Recalcó que el cementerio está colapsado, ya que no tienen capacidad para recibir a más difuntos, donde son cerca de 20 mil personas (Q.E.P.D) y esperan que se concrete luego el nuevo camposanto.
20 mil difuntos tiene actualmente el Cementerio Municipal de Calama, que está colapsado.