La mítica disquería en donde aún se mantiene vivo el disco compacto
Ubicada en el centro de Antofagasta es prácticamente uno de los últimos locales que pese a la invasión de internet y el mp3, todavía tiene a la venta los famosos CDs. Sin embargo, sólo la renovación ha permitido su vigencia.
Cuando en 1980 Sony y Phillips, dos grandes colosos de la tecnología, presentaron el disco compacto, causaron sorpresa. Era el primer paso en una revolución que se extiende aún hasta el día de hoy.
El famoso CD, sigla de "compact disc", traía toda la renovación en la forma de la reproducción musical y un cambio rotundo en cuanto al cassette: el disco tenía la capacidad de almacenar hasta 80 minutos o 750 mb de datos de audio, con una calidad de sonido muy superior ya que se trataba de música digital que se podía disfrutar cuantas veces el usuario quisiera (con sus respectivos cuidados), sin perder el nivel de fábrica.
Sólo para las estadísticas, se calcula que ya hacia el año 2007, se habían vendido 200 mil millones de discos compactos en todo el planeta.
Los CDs tuvieron su época de gloria en los años 90's y recién en 2003 su reinado comenzó a decaer con la llegada de los reproductores mp3, hoy bastante comunes e incluso, ya casi obsoletos si consideramos que esas funciones las puede ejecutar un teléfono actual.
El boom local
Debido al boom de los CD's, era fácil encontrarlos en disquerías dedicadas de manera exclusiva al rubro.
Antofagasta no es la excepción y en la época de gloria de los años 90's y 2000, era común observar en el centro de la capital regional locales especializados en la venta de discos y en menor medida, cassettes que luchaban contra el paso del tiempo.
Recordada es la mítica Feria del Disco de Prat con Matta, cuya cadena de Santiago traía regularmente los últimos estrenos de los artistas del momento y también álbumes que traspasaron generaciones.
Debido a los avances tecnológicos que comenzaron a permitir la descarga de música a través de programas en el formato mp3 (mucho más ligero para el traspaso de archivos y con una calidad de sonido muy similar a la del disco compacto), las que se masificaron cuando comenzaron a llegar los reproductores al mercado, poco a poco la preferencia por el CD comenzó a decaer.
A eso hay que agregar a que en esos años comenzaron a aparecer páginas web especializadas en la venta de discos originales por encargo, haciendo todo el trámite más fácil a la hora de buscar un álbum.
Es por eso que en 2014 y luego de haberse reinventado para poner a la venta otro tipo de productos, cambió su nombre a Feria Mix y lamentablemente la empresa a nivel nacional se declaró en quiebra, cerrando de manera definitiva sus puertas.
Otro de los recintos históricos en donde los antofagastinos llegaban para adquirir CD's y DVD's musicales es el conocido Discocentro.
El local sigue funcionando en calle Baquedano antes de llegar a Matta, pero hoy se especializan en la venta de artículos tecnológicos e instrumentos musicales.
El "Black Shop", la última tienda del Centro Comercial Caracol, lleva bastantes años funcionando y aún se mantiene en la venta de discos, DVD's, además de poleras, pósters y todo lo que esté exclusivamente relacionado con el rock pesado y el metal y junto con el local Jeanny (de Baquedano con Latorre) son prácticamente las dos únicas disquerías que están quedando en Antofagasta, sin contar que actualmente se pueden encontrar CD's musicales en supermercados.
Jeanny
La Disquería Jeanny es hoy el único local que distribuye discos sin tener un público exclusivo, sino que para todos los gustos, aunque principalmente son los adultos los que prefieren comprar el producto a la antigua: la caja con el librito del artista, el disco con el sello original en su portada y el listado de canciones en la contraportada.
Uno de sus encargados es Víctor Soto, quien comenta que hace 15 años que se encuentran trabajando este negocio familiar, donde se venden tanto discos como vinilos principalmente, aunque por la caída de la demanda de CDs debieron ampliar su oferta a películas clásicas (todas hasta ante de la década de los 90') y otros artículos.
"La gente prefiere lo clásico como El Bueno, El Malo y El Feo, las películas de Bruce Lee y Jerry Lewis o Tarzán y esas se venden harto", comenta.
Pero añade que "el problema es que de música como tal ya no se puede vivir, por la tecnología que mató todo lo que es la música con esto del mp3 o los reproductores mp4, ya no es lo mismo como antes", dice evidenciando nostalgia.
De acuerdo a sus estimaciones, comenta que se notó la preferencia por las nuevas tecnologías de manera radical: cifra en un 60%, más o menos, la baja en los clientes que sólo se dedican a buscar discos.
Esto significa que en los tiempos de bonanza de los discos compactos, perfectamente vendían alrededor de 40 en un solo día. Hoy esa cifra llega (si es que se trata de una buena jornada) con suerte a los 15 o menos.
"La baja la comenzamos a sentir desde el 2004. Pero también influye mucho (en la actualidad) el tema de la baja en el precio del cobre, que en todos lados ha estado malo y ahí estamos esperando a ver qué pasa", añade.
Según el encargado, quienes mantienen vivo el negocio de la industria de la música son personas que superan los 40 años y que vienen en busca de títulos más clásicos. Rock al estilo Pink Floyd, Deep Purple o Led Zeppelin es lo que más se cotiza por estos días. Otros prefieren todo lo relacionado con la música del recuerdo, aquellas melodías que no mueren y siguen en la memoria de quienes las reviven al presionar "play" en un reproductor de audio.
"Nosotros traemos de dos formatos. Hay gente que le gusta el puro CD, mientras que hay otros más puristas que prefieren el disco con el librito, igual se vende", añade el trabajador.
"A pesar del paso del tiempo y las tecnologías, hay gente que sigue siendo fiel y compra discos", remata.
Pese a que según desde el 2004 comenzó esta baja en los compradores, han pasado 12 años y de alguna forma siguen manteniéndose vigentes. La clave fue recurrir al viejo dicho: "renovarse o morir".
"Tuvimos que vender de todo en el local porque si es que fuese pura música, entonces estaría cerrada la tienda", añade.
Parece que el disco compacto ya juega sus descuentos, aunque no importando el paso de los años, siempre habrá alguien que lo mantenga vivo.