Redacción
Las ansias de los niños comienza a aumentar. La Nochebuena se acerca y con eso también la visita del Viejo Pascuero.
Pero hubo quienes tuvieron la fortuna de disfrutar su compañía de manera anticipada. Los pequeños de los pueblos del Alto El Loa, pudieron compartir con Papá Noel.
Fueron varios los padrinos anónimos que se quisieron sumar a una iniciativa que se viene realizando hace varios años y que busca celebrar a quienes están alejados y muchas veces tanto necesitan.
Empresas, particulares, sindicatos y sobre todo, personas que lo único que buscaban era entre entregar alegría a los niños.
La sorpresa fue mayor cuando vieron que en medio del inmenso desierto apareció el trineo del Viejito Pascual.
Un carro cargado de regalos y muchos dulces hizo que todos esos rostros se llenaran de profunda alegría.
Cada uno tímidamente se acercaba a recibir su regalo. Sus padres agradecieron este gesto de amor que muchos entregaron sin siquiera conocerlos.
El único objetivo fue ayudar a quienes no esperan nada, pero que en esta fiesta recibieron mucho más de lo soñado.
Una acción difícil considerando la actual condición que se vive en la zona, pero que no impedimento para que voluntarios se meterían la mano en el bolsillo para ayudar a esos pequeños.
Niños felices, rostros llenos de alegría, son la mejor recompensa para aquellos que no dudaron nuevamente en decir presente.
Misión cumplida, pequeños contento y padres infinitamente agradecidos es la mejor retribución que pueden recibir, los pascueros anónimos, esos que estuvieron sin pedir nada a cambio.
Cuatro fuerons los pueblos, del interior que este año pudo recorrer el Viejo Pascuero.