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A puro tobogán en Punta de Rieles

Parece Cancún, pero está detrás de Mejillones: En Punta de Rieles hay toboganes que no se ven en Antofagasta, camas saltarinas acuáticas a dos lucas la media hora y unas aguas turquesa de calendario.
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Don Coco, el cocodrilo

Mucha gente no va a Punta de Rieles porque dicen que el camino está malo y le tienen miedo a quedarse enterrados. El otro día fuimos con los amigos del diario y Lucho Huaipe, mi chofer. El camino parte en Mejillones y hay que meterse por los cerros después de La Rinconada para llegar. Aunque el camino a veces es pura tierra, un buen tramo está pavimentado, nada que un auto no pueda pasar. Pero cuando uno va bajando a la playa, llega a dar miedo lo empinado que es, así que hay que andar con cuidado.

Cuando uno llega, vale la pena. El agua es turquesa, parecido a esas playas de calendario que uno ve con ilusión en la oficina, pero sin palmeras. La gente viene a quedarse por el día, se traen toldos o carpas, arman asados y luego chapotean el agua con la vista de Mejillones. Y aunque está lejos, están los servicios a la mano. Hay restaurant, paseos en lancha a la boya de la batalla de Angamos (ver "Dónde ir") y unos toboganes más bacanes que acá en Antofagasta.

Los toboganes están a cargo de don Luis Maldonado, alias el "Chasquilla", un pescador mejillonino que se tuvo que reconvertir con el problema de la escasez de recurso ("Para qué vamos a decir que la industria nos ha correteado el pescado. Parte de eso sí, pero cada vez hay más buzos", dice) y se trajo estos juegos desde China. Hay un resbalín, cama elástica acuática y un balancín muy bueno. El Lucho Huaipe me quería tirar de arriba para que no lo viera, pero zafé y él terminó en el agua. Le ví los puros pies.

"Me ha ido bien, así que estamos tratando de cambiar de la pesca al turismo. Estamos de las seis de la mañana hasta que se oscurece. En la tarde es más fresquito y la gente se acerca más", dice don Chasquilla con el bronceado propio de todo un verano pasando en Punta de Rieles. La gracia está a dos lucas por media hora y vale la pena. Al final, el Lucho Huaipe, picado, me tiró del resbalín y yo no me dí ni cuenta cuando ya estaba en el agua. Me tuvieron que sacar en kayak...

Un poco más allá conocimos a un pescador que le dicen el "Che Guevara". Estaba haciendo un asado de choritos, que adentro le puso queso, salame, vino , ají y ajo. Eran choritos amarrados al alambre, pero se le olvidaron los alambres. "Mira, la cocina todos los días se está creando", dice don Che. "Dicen que la cosa más rica es con lo que tení no más, tú haces una cazuela con tres cosas y te queda más rica que con todas ¿o no?. Si esa es la gracia", se ríe, y vuelve a ponerle un sorbito a la chela que tiene en la mano.

8 kilómetros separan a Mejillones de Punta de Rieles. Hay que irse por Avenida Fertilizantes.

Todo el verano de Sierra Gorda

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Para los niños, hay juegos inflables de 5 a 8 PM en ambas plazas, que van a estar los viernes y sábado hasta el 11 de febrero.

Los días domingo y martes se organiza el cine para niños (que empieza a las 16.30) y para adultos, que comienza a las 9 de la noche y se extiende hasta las 11.

Además, este lunes pasado se inauguró la escuela de verano en la G-101 de Sierra Gorda y G-130 de Baquedano, que viene con talleres de yoga, risoterapia, teatro, danza, arte, atrapa sueños, mandalas, agricultura, piscina -para aprender a nadar- y otros. Las escuelas de verano cerrarán el próximo 13 de febrero y se realizan de lunes a viernes, así que hay mucho por hacer en la comuna minera.

Aunque están en la mitad del desierto, en la comuna de Sierra Gorda tienen varias actividades para escaparse del calor y aprovechar de disfrutar las vacaciones. El martes 24 van a hacer la Fiesta de la Challa en la plaza Oasis de Baquedano y la plaza de Sierra Gorda, desde las 16.30 hasta las 7 de la tarde.