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Así se experimenta para crear una Antofagasta más verde

Mil casas de la capital regional están en el piloto "Cada cosa en su lugar", que va retirando aparte los desechos reciclables y el compostaje. Si todo funciona bien, a futuro toda la ciudad implementará el sistema que beneficiará a las áreas verdes.
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Ignacio Araya Ch.

Desde que su familia se integró al plan piloto "Cada cosa en su lugar" que trabaja la Municipalidad de Antofagasta, CREO y el Gobierno Regional, en la casa de Ricardo Tapia hay bolsitas para explicarle a los niños de la importancia de separar la basura. Un día de la semana pasa el camión a retirar los residuos reciclables y otro día los orgánicos que sirven para compostaje. Los niños echan lo que sirve a cada bolsita y después va a dar al contenedor verde que Ricardo pone fuera de la casa para que lo retiren.

-En Antofagasta todavía nos falta conciencia. En las zonas altas, del centro para arriba, la gente no tiene conciencia y bota la basura donde llega no más- dice el vecino que vive en Los Chungungos con Parinacota, en La Chimba Alto.

Ricardo vive en una de las 1.220 casas que fueron seleccionadas para el piloto, el primero que se hace de este tipo en el norte del país. Desde el 26 de septiembre pasado, el camión pasa por 244 casas en Jardines del Sur, 270 en la Coviefi, 280 en Nicolás Tirado y casi cuatrocientas viviendas del sector Los Chungungos. La idea es ir probando la mecánica cuando esté listo el relleno sanitario de Chaqueta Blanca, que tendrá una planta de tratamiento de estos residuos.

No solamente se retiran estos desechos de las casas. Reclay, la empresa que está ejecutando el piloto, estudia cómo es el comportamiento de los antofagastinos a la hora de reciclar. Hasta ahora, en las casas semanalmente se retira un promedio de 4.9 kilos de reciclajes y 6.2 de compostables por cada hogar. Con esa cifra, se reduce en once kilos la basura que va a dar al vertedero, casi la mitad de lo que bota a la basura una familia promedio en las casas estudiadas (la media es de 22,7 kilos de desechos).

Mariela Formas, gerente general de Reclay, cuenta que la campaña de educación partió con la entrega de materiales: un contenedor, una bolsa para los reciclables, material gráfico para explicarles de qué se trata este proyecto y un imán para el refrigerador que les recuerda a los miembros de las casas seleccionadas qué es lo que va en la de reciclables y qué va en los compostables. "Es ir probando cual es la mejor experiencia en promoción y educación en reciclaje y compostaje para la participación de la comunidad, para hacer esto a gran escala en una comuna completa; si es eficiente entregar bolsas, de qué tipo, qué tamaño", dice.

En 2014, la misma empresa realizó cuatro pilotos en comunas de Santiago: Vitacura, Colina, Quilicura y Pudahuel. Como funcionó bien, después fue la municipalidad las que siguieron ejecutando el plan a gran escala. En Antofagasta, la participación ha sido mucho mayor que la de la capital, asegura la gerente de Reclay. "Durante los tres meses de ejecución del piloto, en la comuna de mayor participación llegaron al 27%, en circunstancias que aquí tenemos una participación del 60%", dice.

Como está estudiado por sectores de la ciudad, también hay diferencias notorias. Tomando en cuenta sólo diciembre, en Jardines del Sur se generan unos 11,6 kilos de compostables, que constrastan con los 4,3 de Los Chungungos. En reciclables, las cifras son parejas, entre los 6 y 4 kilos en todos los estratos sociales. "Antofagasta tiene una preocupación mucho mayor por los temas de la basura, incluso de los santiaguinos, y eso es muy impresionante", explica Mariela Formas.

"Hay una gran oportunidad que es el Centro de Tratamiento de Chaqueta Blanca que va a tener un plan de reciclables y compostables", cuenta Felipe Fernández, jefe de proyecto del piloto del Creo Antofagasta, quien dice que el experimentar con compostables es necesario para Antofagasta, "porque una de las estrategias del plan Creo es mejorar y expandir las áreas verdes de la ciudad y queremos hacerlo de una forma sustentable", dice.

La ruta del reciclaje

Una vez que el camión ya recorrió casi toda la ciudad de norte a sur, llega al Parque Juan López, donde se mantiene una pequeña planta piloto donde va a dar todo el compostaje. Cristian Elgueta es el encargado de esa etapa. "En una mesa de selección se separa el contenido que vamos a usar en el compost, más lo que vienen en el rechazo que va a otro contenedor que va a la basura normal", dice.

En la selección para las pilas de compostaje sólo se consideran residuos orgánicos vegetales, no animales porque no sirven. El limón, por su acidez, también queda fuera. Luego esa masa se pesa y se van al patio, donde se forman pilas que hasta ahora suman 17 mil toneladas que podrían abonar 6 mil metros cuadrados de parques en la ciudad, haciendo crecer las áreas verdes.

Como básicamente lo que está en Juan López son desechos en descomposición, las pilas se tienen que ir volteando, con la consiguiente inyección de oxígeno y agua para ir manteniéndola húmeda. Todo el gas que escapa sale por un sistema frontal. Luego, se analiza en un laboratorio si contiene bacterias peligrosas y allá les dicen si el compostaje está listo para ser utilizado en jardinería o para abonar hortalizas. "Es más eficiente porque está constantemente botando aire, hay un biofiltro que atrapa todos los olores y eso lo purifica... sale olor a hierba", asegura Elgueta.

En total, el compost tiene un proceso desde los tres a los seis meses para que las partidas estén maduras. "Eso quedará como un insumo para el municipio para mantener mejor las áreas verdes a costos más económicos y dar factibilidad para las áreas verdes nuevas", dice Felipe Fernández, del Creo Antofagasta. Con respecto a los reciclables, todo se va a un galpón donde los recicladores trabajan en equipo, las separan y se venden.

Aún queda un mes de piloto, pero según los primeros resultados, la ciudad ya podría estar preparada para acostumbrarse a la era del reciclaje. "Es un piloto inédito en esta región", cuenta el seremi de Medio Ambiente, Felipe Lerzundi. "Los resultados son sorprendentes comparado con resultados de otras zonas de Chile, incluso se duplica el nivel de participación por parte de los vecinos", adelanta. Si todo resulta como está planeado, las futuras generaciones podrían ver una Antofagasta mucho más verde.