Redacción
Intentó defender la empresa que cuida hasta el último momento. Sin embargo su avanzada edad y la superioridad numérica impidieron que cumpliera su cometido.
A sus 81 años trabaja como sereno. Debe resguardar la seguridad de una empresa ubicada en el sector poniente de la ciudad, en las parcelas.
Durante la noche mientras cumplía con sus funciones escuchó ruidos que llamaron su atención. Supervisó que ocurría pero no detectó nada anómalo.
Minutos después vio aparecer por la ventanilla de su caseta a dos sujetos. Quiso repeler el inminente robo con un objeto contundente, sin embargo no pudo contra los antisociales.
No tuvieron respeto alguno y lo agredieron con golpes en distintas partes de su cuerpo. Para terminar de reducirlo lo golpearlo en su cabeza con las supuestas armas de fuego que portaban.
Pero su objetivo era sustraer las especies de valor desde el recinto. Al comprobar que el anciano no permitiría que siguieran en tranquilidad con sus faenas, optaron por dejarlo maniatado.
En ese momento comenzaron a recorrer las dependencias a fin de encontrar especies que pudieran transformar en su botín.
En primera instancia el guardia pensó que querían sacar los vehículos que se encontraban aparcados en el interior.
Finalmente se llevaron un televisor, equipos de seguridad, entre otras cosa, donde destacaron los manojos de llaves de los móviles, que pese a tenerlas en su poder, no se llevaron ninguno de ellos desde el recinto.
Finalmente una vez que vieron concretado su objetivo, se retiraron del lugar en dirección desconocida.
Por sus propios medios y pasados unos minutos, el abuelito se pudo zafar de las amarras y pedir ayuda a Carabineros.
Los efectivos tras escuchar el relató salieron a patrullar el sector a fin de ubicar a los sujetos, sin embargo la inexistencia de una descripción luego que actuaran encapuchados, obstaculizó el trabajo que permitiera dar con su paradero.
Sin cámaras
La empresa no cuenta con cámaras de vigilancia que permitieran registrar el momento en que ingresaron los delincuentes.
La única medida de seguridad era el abuelito que se encontraba como sereno durante la noche, resguardando el recinto con un objeto contundente para su defensa.
Los antecedentes fueron derivados la Fiscalía que determinará si se inicia una investigación.