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El cabo detrás de Fito: el payaso que encanta a grandes y chicos

Espera algún día cumplir el sueño de reunir a todos sus colegas que realizan actividades similares y forman un gran show de Carabineros para recorrer todo el país de extremo a extremo. Por ahora el sigue avanzando con su arte.
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Elizabeth Pérez D.

Al conocerlo sorprende su timidez. Hombre de pocas palabras, pero dueño de un gran sentido del servicio social.

Cristian Milán es cabo primero de Carabineros, institución a la que decidió entregar su vida para ayudar a los demás.

Trabaja en el retén Ascotán, lugar donde la soledad es potente, convirtiéndose cada uno de sus colegas en su gran compañía.

Pero dichos momentos de abstracción los usó para dejar volar su imaginación y crear personajes que hicieran reír a grandes y chicos.

Hace cuatro años se convirtió en Fito, un payaso que ha participado en actividades sociales de la institución y que también ha devuelto la risa a quienes han sido azotados por grandes catástrofes.

El año pasado sus personajes se volvieron populares, cuando el mando lo autorizó a participar con su espectáculo en las actividades de aniversario de la institución con los más pequeños.

Fito presentó a la sociedad loína cada una de sus creaciones, esas que lo hacen sumergirse en un mundo distinto, ahí donde su timidez queda de lado y saca una faceta que aún es para muchos desconocida.

No importa si está en un buen o mal momento. Él se viste de cualquiera de sus múltiples personajes y todo mejora.

Una verdadera terapia para un hombre que vive 20 días alejado de su familia en San Vicente, donde su corazón pese a la distancia, está presente.

Hijo de funcionario de Carabineros, quiso seguir los pasos de su padre y se unió a las filas de la carabinas cruzadas.

Lo vio siempre como un gran ejemplo, ese que al momento de tomar una decisión sobre su futuro, no dudo en seguir.

Lo único que quizás lamenta, es no haber podido compartir labores con quien le dio la vida.

"Pero si he tenido la oportunidad de trabajar con muchas personas que estuvieron con él y eso me llena de orgullo", contó.

Tiene 10 personajes que ha ido creando con el paso del tiempo, cuando esto lentamente comenzó a tomar fuerza.

"El mando me ha respaldado y eso lo agradezco. Yo siempre participó en actividades donde se me pide ir como Carabinero y voy para entregar esto que tanto disfruto hacer y que me permite ver a personas felices y disfrutando de este arte en el que empecé a trabajar", explicó.

Es que la vida a más de tres mil metros sobre el nivel del mar es dura. Alejados de los suyos, todo es aún más sacrificado.

Sin embargo, su compromiso con la institución está por sobre cada uno de los obstáculos que debe sortear a diario.

"Uno renuncia a muchas cosas, es al menos lo que la gente piensa, pero este trabajo también te entrega mucho y yo desde que ingresé me he sentido profundamente agradecido de lo que soy", recalcó.

La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en frontera, lugar al que cada día le encuentra una magia oculta en cada uno de los cerros que rodea el lugar donde reside junto a sus compañeros, que se han convertido en su segunda familia.

"Me gusta estar en mi tierra. Yo soy calameños y saber que estoy cuidando a mi ciudad, evitando que ingrese droga, me llena de satisfacción, porque sé que estoy ayudando a los míos", expreso.

Trabajando en frontera los tiempos disponibles son pocos, pero él los aprovecha para comenzar a trabajar en nuevos personas, muchos de los cuales ya hizo debutar.

En pleno mes aniversario de Carabineros, creo nuevos personajes para mostrar a los cientos de niños que llegan a diario a la Primera Comisaría.

Es el alma de la fiesta, lo que a muchos sorprende conociendo la personalidad introvertida de este funcionario policial.

"Esto nació cuando estaba en Tocopilla. Era el aniversario y quise hacer algo distinto. Miré en Youtube, me puse con una maleta y una nariz de payaso afuera de la comisaría y empece a regalar globos a todos los niños", relató.

Con sus propios medios ha construido una verdadera compañía de circo. Con títeres, marionetas y una variedad de personajes que cumplen con su única y principal misión, entretener a los más chicos y por supuesto que a los grandes también.

Sabe que existen otros compañeros de fila que realizan y potencian facetas similares y ahí nace uno de sus principales sueños.

"Me encantaría con todos los funcionarios que desarrollamos actividades como esta o similares, crear un gran circo de Carabineros para recorrer Chile divirtiendo a los niños, a esos que muchas veces necesitan una sonrisa que no solo ilumine su rostro sino que también alegre sus días", comentó.

Es que sabe que Carabineros trabaja con muchos niños que necesitan de un poco de amor, cariño, afecto y dedicación, ese que el está dispuesto a brindarles de manera totalmente desinteresada.

Sus jefaturas han sabido valorar esta labor muchas veces silenciosa que realiza al interior de Carabineros, una que quiere seguir desarrollando siempre con su respaldo.

"Es difícil estar lejos de casa, pero estoy cumpliendo con el deber que me juramente el día que entre a Carabineros. La institución me ha entregado mucho y creo que con mi trabajo a diario, además de esta faceta que también hago para reforzar su labor, he podido regresar todo lo aprendido", mencionó.

Una sonrisa ingenua en un rostro angelical, los gritos de alegría de un grupo de pequeños y los aplausos de todo el público que disfruta de su show, es el mejor premio que puede recibir.

"Esto me motiva a seguir perfeccionándome, a crear nuevos personajes para que la gente siga esperando siempre que llegue el payaso Fito", agregó.

Pero hay que reconocerlo, ni siquiera cuando realizar sus personajes abandona el uniforme. Prenda fundamental de cada uno de ellos.

De verde se presentan, incluso el conocido Mario Bross, que modificó su atuendo para ser parte de su show.

Hoy a la familia de esta verdadera compañía circense del cabo Milán, se sumaron nuevo personajes, los que han tenido una gran recepción del público.

Un hombre que deja ver todo su histrionismo cuando se convierte en cada uno de sus amigos, esos que alegran a todo el mundo.

Un hombre que no solo resguarda la seguridad en una alejado poblado de la Provincia El Loa, sino que también alegra la vida de muchos.

Fito, seguirá desarrollando sus sueños de algún día tener un circo de Carabineros. Mientras que el cabo Milán espera seguir desarrollando una intachable carrera.

Un payaso que se ganó el cariño de los cientos de niños que disfrutan de su show. Pero hay una tarea pendiente, que estos grandes montajes también sean vistos por su familia.