Cartas
Por el bienestar de Calama
Más de cien días lleva Calama con la asunción de la nueva administración municipal, liderada por el alcalde Daniel Agusto. Está de más decir, que las cosas no se han hecho de forma transparente, por el contrario, existen muchos vacíos que la comunidad no logra explicarse con el actuar que han tenido las nuevas autoridades. ¿Dónde está el compromiso del alcalde Agusto con la comunidad? ¿Dónde están las palabras de buena crianza que proclamó en su campaña política? ¿Dónde? Al parecer se las llevó el viento, porque no logró explicarme la mala decisión que efectuó desde sus inicios. Siempre mantuvo la postura que iba a profesionalizar el interior de la municipalidad, que no iba a existir la "pitutocracia", ni menos favores políticos, y esto realmente no se cumplió de ninguna manera, ya que son varias las personas que ostentan jefaturas y direcciones pero que no cuentan con las competencias profesionales, esto me hace pensar en la verdadera situación que vive el municipio.
¿Queremos seguir con esto? Autoridades comunales, estamos viviendo días difíciles y nadie, pero nadie hace algo concreto por el bienestar de Calama. Hace mucho tiempo que no veía a mi ciudad decaída, triste y sobre todo, sin avances por la tozudez de algunas "autoridades" que sólo quieren figurar, pero que no tienen claro el norte de lo que necesita esta tierra fértil. No queremos más injusticias, más malos tratos a los trabajadores, ni menos despidos injustificados, porque esto sumó a que Calama se convirtiera en una de las ciudades con más alto índice de cesantía.
Quiero de una vez por todas, que el Municipio de Calama tome en cuenta temas tan relevantes como la cultura, porque así damos relevancia a rescatar nuestra historia, nuestro patrimonio cultural y arquitectónico, generar nuevos talentos y sobre todo, empapar a la ciudadanía de las artes en todo su esplendor. Hasta ahora la cultura en la ciudad está en deuda, básicamente porque no se pueden realizar actividades por falta de presupuesto y que conlleva a que todo el trabajo realizado por años no tengan los frutos esperados y que provoque que la comunidad no pueda disfrutar de teatro, cine, danza, música de alto nivel por las malas decisiones de algunos.
Le hago una pregunta clara a las autoridades de turno ¿Hasta cuándo los trabajadores debemos pagar los platos rotos por la inexperiencia de algunos o simplemente por tener un pensamiento distinto? Una respuesta que de seguro, no será la más óptima, pero que muchos la piensan y que ya es necesario destrabar esta encrucijada que las autoridades nos hacen ver y sentir a diario.
Oscar Ruz.