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Sanando el cuerpo y la mente desde el alma y nuestro espíritu

Calameña entrega ayuda a través de terapias complementarias. Busca sanar el dolor a través del conocimiento de uno mismo. Descubrir para llegar a controlar emociones y sentimientos que provocan episodios de profundo dolor y tristeza.
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Elizabeth Pérez Donoso

Ingresar a su hogar es recibir una inyección de tranquilidad. Esa que muchas veces en el día a día se extravía con tanta actividad.

Su forma de hablar, la paz con que se comunica con los demás permite también sentir que uno puede encontrar ese equilibrio.

Y como ella misma dice, no es que no se enoje nunca o tenga malos momentos, la diferencia es que con trabajo y dedicación, pudo aprender a contener sus emociones.

Experiencia que intenta traspasar a sus alumnos y pacientes, que llegan buscando equilibrio y recuperar la paz que el tiempo les fue arrebatando.

Inderpreet Kaur, su nombre espiritual, es calameña y hace varios años intenta ayudar a quienes lo necesitan. A entregar una palabra de apoyo a esas personas que se sienten ahogadas en su propia desesperación.

Lleva varios años dedicada a la medicina complementaria, esa que no solo sana el cuerpo, sino que también el alma.

Llegó luego que los astros se alinearan para comprender que era su destino. Siempre tuvo una conexión con este mundo místico y mágico sin darse cuenta. Hoy desde la distancia observa su pasado y entiende que los caminos siempre la guiaban al mismo punto.

"Estudié Turismo y Hotelería y luego Asistente Judicial. Luego empecé con el Yoga como autodidacta. Siempre tuve habilidades para la gimnasia, desde ahí empecé. Y mi vocación de servicio también", comentaba.

Con una amiga profesora de educación física comenzaron a realizar clases hace a lo menos diez años. Poco a poco le fue diciendo que hicieran ejercicio de relajación y ahí comenzó a enseñarle algunas postura de esta milenaria disciplina.

"Me gustó mucho. Cuando ella no podía me llamaba a mí para hacer las clases. Me gustó y vi que a las personas les gustaba lo que entrega y comencé a buscar información", explicó.

En ese momento se decidió y estudio Yoga Integral. Un curso intensivo que le permitió ser instructora. Sin embargo, su búsqueda continuaba y en esto encontró la luz que comenzó a guiar sus decisiones.

"Me faltaba la parte espiritual que yo siempre la venía buscando. Encontré por esas cosas de la vida una formación de Kundalini Yoga en 2008. Es un Yoga muy distinto, sin saberlo hasta ese momento e inicié mi formación", agregó.

Fue en ese proceso que uno de sus instructores le dijo algo que la sorprendió. "Mi gran maestro me dijo que yo iba a tener un faro de luz en Calama. Yo lo miré y me reía de él. Le dije no, yo estaba tan arrepentida porque encontraba que el trabajo que podía hacer, que era impartir clases era demasiado".

Dejó todas las cosas cuando sintió que encontraba lo que la llenaba y cubría todas esas expectativas de ese algo que buscaba sin saber. "Con esas cosas te das cuenta que solamente es como volver a tu camino de inicio, porque lo venía viviendo, yo sabía que hacía Yoga desde que era una niña sin saberlo. Porque es tu forma de vivir. De ahí empezó el camino del yoga", precisa.

Inició así su camino hacía una salud integral, el que vive e intenta traspasar a sus alumnos y paciente. "Esto es un estilo de vida, es una forma de ver la vida distinta. No es que sea distinta, es como recoger todo lo que eras antes, lo que eran nuestros abuelos y antepasados, es como volver a tu esencia. No es que sea un camino distinto. Es uno que ya conoce y que solo está en ti".

La disciplina que imparte es diferente a lo más conocida del Yoga. Ese que muchas veces requiere de mayor exigente física. "Kundalini es místico y energético. No todas las personas están preparadas. Porque a través de todas sus herramientas hace que se produzcan y desbloqueen miedos, apegos, entonces todos los miedos que están arraigados que están en el ser se van liberando. Ahora, a qué le tenemos miedo, es descubrir quiénes somos". Explica.

Siguió descubriendo

Pero aún había algo más por descubrir. Comenzó a hacer clases a jóvenes y adulto mayores y descubrió que necesitaba entregarles algo más. Nacieron algunas dudas e inquietudes que tuvieron respuesta en otra disciplina complementaria, el Reiki.

"Surge esta inquietud de poder recuperar alguna dolencia, quizás crónica. Por eso empecé con el Reiki y el Biomagnetismo. Y ahí podía complementar con lo otro. Veía la otra parte que es la sicología transpersonal, porque era ayudar a mis pacientes a mis alumnos", contó.

Todas terapias complementarias como ella prefiere llamar que le ha permitido ayudar a personas que llegan complicadas a su hogar. En busca de una guía, esa que ella intente entregar y que le ha permitido también aprender a conocerse.

"Aprendemos a controlar, creo que va como el auto control y auto conocimiento de uno mismo. Porque ahora yo sé cuándo estoy angustiada, sé que estoy preocupada, suelo ser muy dispersa y necesito enfocarme. Qué hago… respiro. Hoy trabajo con los elementos. Siempre tomo aire, me permite que aclare mis pensamientos. Pero eso lo conozco ahora. Cuando estoy con sentimientos de mucha angustia, la meditación me ayuda, un baño con hierbas. Esto te permite que tú mismo te vayas conociendo"…

Pero su humildad sorprende. Pese a que mucha gente ha salido adelante con su apoyo, ella reconoce que es una labor compartir.

"Es 50 y 50, no es solo mérito mío. A veces aunque trabaje un año con ella, es la persona la que tiene la decisión. Ellos tienen las herramientas, pero van a funcionar si hago mi mejor esfuerzo pero ella también hace el mejor esfuerzo", explicó.

Confiesa que lleva años sin tomar remedios y trata de ser consecuente con eso. Es una convencida que emociones sanas, una mente y espíritu tranquilo, permite esa salud integral que se esmera en siempre cultivar.

Finalmente considera que hay que cuidar el cuerpo, tratarlo como un verdadero santuario, eso que muchos suelen olvidar.

Como todo nace de nuestro pensamiento, como la decisión de querer hacer cambios solo depende de cada uno de nosotros.

Como conseguir ese equilibrio que parece inalcanzable pero que siempre podemos conseguir, con trabajo, paciencia y consecuencia. Porque finalmente estas medicinas complementarias permiten poco a poco... Ir sanando el cuerpo desde el alma y el espíritu.