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Tatuajes: la intención detrás de los dibujos sobre la piel

En la Universidad Santo Tomás realizaron un estudio que explora en el significado de esta expresión cultural. Para muchos es un manifiesto o el reflejo de un momento en la vida.
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Claudia Carvajal R. - La Estrella

"La dos rosas son mis hermanas, la flor más grande es mi abuela y el tulipán es mi mamá. Son las mujeres más importantes de mi vida y quise hacerles un homenaje".

Con esas palabras, Cristhian Pérez, asistente informático, describió el gran tatuaje que luce orgulloso en su brazo izquierdo y que mostró a toda la comunidad de la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar. Su imagen y su relato forman parte del proyecto "No es un sólo un dibujo en la piel. Historia de tatuajes", realizado por la académica de la Escuela de Trabajo Social, Loreto Von Chrismar y el periodista de la Dirección de Comunicaciones y Extensión, Juan Carlos Riveras.

Ambos, junto a dos estudiantes, están desarrollando esta investigación cualitativa que busca contribuir al sentido de pertenencia y comunidad de los estudiantes de dicha casa de estudios y al mismo tiempo explorar en los significados que los estudiantes otorgan a la expresión cultural del tatuaje.

Y si bien el estudio se circunscribe a un grupo específico, refleja el sentir de muchos jóvenes que le están perdiendo el miedo a los prejuicios y dejan que su piel se convierta en el lienzo de dibujos a tinta que los acompañarán por toda su vida.

Historias

Diana Retes es estudiante de Enfermería y en su espalda le dibujaron dos flores que tienen un significado muy especial para ella: "Mi mamá veía esta flor en sueños después de la muerte de mi papá, sin saber que se llama No me olvides. Es una flor que en España se relaciona a una historia de dos enamorados que no pueden estar juntos. Después me tatué abajo una Margarita, que es el nombre de mi mamá. Cuando se los mostré mi mamá se puso a llorar y me dijo: 'tu espalda dice No me olvides, Margarita'. Inconscientemente, escribí un mensaje de mi papá".

Fueron muchos los relatos íntimos y de gran significado los que aparecieron en el estudio dando cuenta que las principales motivaciones para pintarse la piel estaban el querer reflejar un momento especial de la vida, y homenajear a la familia.

María Loreto Von Chrismar advierte que "los tatuajes hablan respecto de los intereses, valores, no son neutros". Pero, ¿por qué se tatúan? La académica responde a partir de las entrevistas realizadas y señala que lo hacen "para representar en su piel su historia, para nunca olvidarse de ciertos episodios biográficos. Por ejemplo viví una situación súper dolorosa personal y la superé, entonces la represento con un símbolo, cosa que nunca me olvide de lo que pasé y que fui capaz de superarlo. Tiene harto que ver con la autoestima".

La trabajadora social continúa: "El tatuaje es un recurso para recordar la superación de los obstáculos de mi vida. Y además representan valores".

Asimismo, a través de estos dibujos las personas hacen público una fortaleza de lo que les ha tocado vivir y se transforman en un manifiesto. "Es dejar mi historia en un lado registrada. Tal vez no escribo un libro, pero lo dejo en mi piel", comenta Von Chrismar.

Temores

Si bien cada vez más las personas, especialmente los jóvenes, se sienten más libres para realizarse un tatuaje, todavía persisten los temores. El principal es el miedo a la discriminación, el que surge principalmente a la hora de postular a un trabajo. Creen que pueden no quedar por culpa de estar entintados.

"Todos los entrevistados señalan cierta discriminación respecto a realizarse un tatuaje. Todos reconocen haber tenido una lucha con familiares, como que todavía existen ciertos estigmas, incluso entre ellos mismos", comentó la académica.

Son los estudiantes del área de la salud los con más resquemores. Muchos se tatúan, pero lo hacen en zonas que no se vean fácilmente.

En el estudio además los jóvenes dieron luces de los dibujos o temáticas prohibidas. Los tatuajes menos valorados son los denominados "caneros", es decir, de baja calidad, hechos por aficionados y no por profesionales. Y los que están demasiado repetidos, como mandalas o el símbolo de infinito.

Otro tipo de tatuajes que no gustan mucho son los relacionados con el fútbol. Y varios encuentran un poco ridículo escribirse los nombres de los hijos en el antebrazo.

Tampoco es bien visto dibujarse a un ídolo. Como una fanática que se tatuó al cantante Leandro Martínez y cuyas imágenes se viralizaron o como hace un tiempo lo hizo una fan de otro intérprete chileno, Luis Jara.

A partir de los relatos de los veinte entrevistados del estudio, María Loreto Von Chrismar, comentó que "ellos miran muy mal ese tipo de tatuajes, los ven como algo negativo, tomando en cuenta que te acompañan toda la vida...puede que Luis Jara te deje de gustar y cómo te los sacas después".