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A sus 91 años sigue cumpliendo su promesa con la "Chinita"

Gracias a la ayuda de su nieto y con mucho amor y devoción, María Isabel Olivares se mantiene bailando.
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Leonardo Naveas Nuñez - La Estrella

En medio de las cofradías que adornan por estos días la explanada de La Tirana llama la atención una mujer que en una silla de ruedas encabeza un baile de Cuyacas, irradiando energía y alegría, que según ella debería ser un ejemplo para muchos.

María Isabel Olivares, de 91 años, es una mujer que ha dedicado gran parte de su vida a su baile religioso, el cual no quiere dejar y en el que espera seguir cumpliendo su promesa a la virgen del Carmen hasta que Dios se lo permita.

María, lleva casi 80 años bailando en la sociedad religiosa Las Cuyacas del Carmen de Victoria Vernal, según manifestó comenzó cerca de sus 12 años, "no recuerdo muy claramente la fecha", pero comentó que fue el año 1937.

Esta mujer, quien se autodefine un ejemplo para las personas, explicó que comenzó a bailar desde pequeña porque las mujeres de su familia participaban en el baile, agregando que primero hizo una promesa y años después otra, promesa que mantiene en secreto, pero que la hizo seguir pese a las dificultades de la vida.

"A mí me atropelló un vehículo el año pasado, me quebró la cadera, yo tengo un fierro acá y no puedo bailar, pero no dejare de venir. El año pasado vine con silla de ruedas, pero ahora igual porque se me hinchan las rodillas y se me adormecen los pies y el doctor me dijo que me podía dar una hemiplejía, entonces le hago harto empeño a caminar con bastones y con la gracia de Dios igual pude venir y estar aquí frente a la Carmelita".

Pese a las dificultades que ha debido enfrentar María, sobre su silla de ruedas conduce el baile que en algún momento su madre y sus hermanas guiaron.

Para poder desplazarse en el pueblo, es acompañada por su nieto, dejando claro la longeva bailarina, que solo la acompañará en la fiesta, ya que llegando a Iquique, se desenvuelve sola en sus actividades diarias.

Agrupación

Las Cuyacas del Carmen de Victoria Vernal, fue creada en 1932, baile que cuenta entre sus filas solo con mujeres.

"Empezó con las salitreras y después terminamos acá, era bien pobre el baile, pero la fe era lo importante, muchos años nos costó juntar el dinero para venir, pero con esfuerzo sacamos adelante nuestro baile", expresó la bailarina.

Según contó María, su madre fue una de las primeras estandartes del baile, en el año 1934, participando su familia desde el inicio de la agrupación.

"Mi mamita fue porta estandarte en el año 34, mis hermanitas también bailaron, mis nietas también bailaron, pero ya están casadas por lo que se alejaron, la mayoría de la personas que hoy participan en el baile son nuevas, de mi época ya no queda nadie solo yo y espero seguir varios años más", indicó la mujer.

María, explicó que hubo tiempo en que habían 25 integrantes por filas llegando a tener más de 50 integrantes, pero con los años la cantidad de personas han disminuido, pero manifestó que las jovencitas en el último tiempo se están interesando más por integrar el grupo.

Al ser consultada por su edad, manifestó sentirse capaz de bailar por mucho tiempo, aunque el cuerpo ya no la acompaña, siendo clara que si no fuera por el accidente, estaría bailando sin duda. "Yo voy a bailar hasta que Dios diga".

María dice que a pesar que los tiempos han cambiado, la fiesta sigue manteniendo su esencia, manifestando que hay mucho comercio, pero gracias a la modernidad más personas pueden llegar al pueblo y personas de otras partes pueden conocer lo lindo de Tarapacá.

"Para bailarle a la virgen uno tiene que tener fe, tiene que tener amor y la promesa que uno haga hay que cumplirla, porque si uno no cumple también la Chinita te lo cobra, si usted no cumple de alguna manera a usted lo castiga", finalizó María.

"A mí me atropelló un vehículo el año pasado, me quebró la cadera, yo tengo un fierro acá y no puedo bailar".

María Isabel Olivares, miembro de Las Cuyacas"