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"Nos volvemos a sentir vivos y que aún somos un aporte en la sociedad"

Adultos mayores asisten desde esta semana a clases en la universidad Santo Tomás.
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Fabiola Vega Molina

"Esto es para demostrar a todos, pero sobretodo a mí misma que aún puedo hacer cosas, que puedo volver a estudiar", expresa con orgullo Mirna Ávila, que a sus 80 años se inscribió para estudiar en la universidad Santo Tomás.

Un hecho no menor ya que es la primera vez que Mirna entra a la universidad. "Yo trabajé desde muy joven. Me enteré de que iban a realizar clases gratuitas para las personas de la tercera edad y me inscribí. Siento que estoy en mi mejor momento, y sirvo de ejemplo para que los jóvenes vean que nunca es tarde para aprender", explica.

Mirna fue camarera durante varios años de su vida y cuenta que gracias a las capacitaciones a las que la mandaban en los hoteles que trabajó, aprendió inglés y francés para atender a los turistas extranjeros.

"Yo tengo una hija de 40 años que tiene una enfermedad mental y tengo que estar cuidándola constantemente. Sin embargo, me voy a hacer el tiempo para venir a las clases para seguir aprendiendo", expresa esta universitaria.

Clases

Mirna es una de las 59 nuevas estudiantes que recibió esta semana la Universidad Santo Tomás y que estarán hasta finales de noviembre recibiendo clases y compartiendo con todos los estudiantes del plantel.

"Para esta iniciativa desarrollamos un currículum educativo pensado especialmente en los adultos mayores, potenciando su autonomía, valorando sus capacidades e incentivando el envejecimiento activo y saludable, lo que nos permite -entre otras cosas- aportar a mejorar su calidad de vida", comentó la coordinadora de la Universidad para Personas Mayores, Sandra Sandoval.

Los cursos tienen como objetivo enseñar a los estudiantes a generar y planear proyectos y presentarlos en fondos regionales y nacionales para llevarlos a cabo.

"Hay tres asignaturas obligatorias, una de ellas es una de las más importantes que es 'Diseño de Proyecto', después tenemos 'Envejecimiento Activo' y la otra asignatura que es obligatoria es 'Formación de Identidad'", explica Sandoval.

Eugenia Arancibia es compañera de Mirna en la universidad, tiene 62 años y su meta es seguir aprendiendo. "Yo me titulé de profesora en la Universidad de Chile, hice clases en varios lados y el año pasado me jubilé. Me inscribí en estos cursos para sentirme viva, aprender más y esto para mi es exquisito ya que nos hacen sentir persona".

Esta universitaria cuenta que al momento de jubilar sintió que su vida quedaría estancada. "Estoy muy agradecida de que nos estén tomando en cuenta, ya que nosotros aún podemos dar mucho más y ser un aporte para la sociedad", dice.

Un pensamiento que también comparte Nieves Hunt, que con 66 años vuelve a las aulas universitarias. "Para mi es bien importante a nuestra edad participar en los talleres y estar en la universidad es como volver de nuevo al colegio", comenta y agrega que sus hijos están muy orgullosos por el nuevo paso que está tomando en su vida.

Nieves cuenta que no sintió nervios cuando asistió a su primer día de clases y que le ha encantado ver cómo los jóvenes se impresionan cuando ven a un grupo de adultos mayores en la universidad. "Han sido bien amables, nos hemos sentido unos estudiantes más del plantel", manifiesta.

Respecto al mechoneo, los nuevos estudiantes aseguran que aún lo esperan. "Queremos tener la experiencia universitaria completa", comenta Nieves y sus compañeros la apoyan.

59 personas de la tercera edad iniciaron clases universitarias esta semana. En diciembre se titulan.