El noble cuidado a quienes viven en situación de calle
En el cierre del Mes de la Solidaridad les mostramos parte de las obras que diferentes instituciones realizan en la capital regional.
"Siempre hay un momento de lucidez y ese me llegó cuando el doctor me dijo: o te paras o te mueres… No me quedó otra que dejar de tomar y así llevo más de un año y medio", relataba Juan Carlos Yáñez a los funcionarios y voluntarios que participaron en la actividad del Día de la Solidaridad en Antofagasta. El hombre de 58 años es una de las personas en situación de calle que tiene muy orgullosos hoy a los profesionales que trabajan en el Programa Calle de la Región de Antofagasta.
"Ellos me tomaron y me ayudaron, pues sin su ayuda es poco lo que uno puede hacer y más cuando se inicia de joven (...) Yo partí a los 20 años y ahora último me acostaba con la botella de vino y así llegué a la calle. Yo no me quería, mi vida no tenía valor y mi destino era la muerte", agrega.
Juan Carlos, ex trabajador de construcción, ferrocarril y hasta limpiavidrios, dice que en la actualidad a la vida la mira desde otra perspectiva, todo gracias a que "me tomaron de la calle, me ayudaron y aquí estoy feliz y lúcido; ahora me quiero y disfruto de la vida".
Analia Toro de la Fundación Tabor es una de las personas que realiza esta noble misión que busca retornar a sus hogares, con sus seres queridos, a los individuos que según estimaciones superan los 300 en la ciudad.
Como comunidad terapéutica Tabor trabaja en el "área calle", donde se encuentra y ejecuta el programa del Ministerio de Desarrollo Social, que sería en este caso el "Programa Calle"; y en el caso del Senda, "Senda Calle".
"Además en los meses de invierno está la Ruta Social Calle, que igual funciona con recursos del ministerio, así que con ellas la Fundación Tabor aporta con tres programas [de trabajo social]", explica la voluntaria.
Acciones solidarias
Hace unos días participaron en una actividad solidaria con el fin de brindar prestaciones de salud, beneficios sociales, alimentación y actividades culturales a la comunidad, con el objetivo de formar un espacio comunitario en conmemoración del Mes de la Solidaridad en conjunto a fundaciones sociales asociadas a las personas en situación de calle de Antofagasta.
Fundación Tabor, Área Calle; Fundación Tabor, Programa Calle; Hogar de Cristo Antofagasta, Programa calle; Fundación Trascender; Ministerio de Desarrollo Social; Ministerio de Salud - Programa Psiquiatría calle; y Servicio de Salud - Clínica Odontológica Móvil, dijeron presente en el encuentro que se desarrolló en la población Lautaro.
"Cada uno desde sus funciones, como todos trabajamos con personas en situación de calle, hicimos un aporte para la actividad. O sea desde la mañana recibir a la gente con desayuno, un ropero solidario, actividades de registro social... Actividades culturales y talleres con temáticas relacionadas (...) y concluyó todo en una tallarinata en donde los profesionales y las personas en situación de calle pudieron compartir", recuerda Analia Toro.
En la oportunidad muchos pudieron ver parte de lo que semana a semana realizan decenas de voluntarios con usuarios ubicados principalmente en las zonas costeras de la capital regional.
La seremi de Desarrollo Social, Loreto Nogales, destacó que "lo relevante de esta actividad, enmarcada dentro del Mes de la Solidaridad es que todos los equipos que trabajan directamente con las personas de calle se reunieron para hacer prestaciones y trabajar con los chiquillos de calle y brindar, no sólo un acompañamiento o un alimento, sino que acciones concretas, como corte de pelo, atención dental y prestaciones sociales".
Nogales resaltó que ahora los usuarios que reciben beneficios sociales, y están en el Registro Social de las personas en situación de calle, "pueden acceder a beneficios sociales que no tenían".
"Antes la ficha exigía un domicilio y hoy no es así, por lo que las personas pueden acceder a beneficios como cualquier otro chileno o chilena", recalca.
Coberturas
Fundación Tabor trabaja con 65 casos derivados; Senda con unos 15 usuarios (respecto a esta materia); mientras que el Hogar de Cristo otros 65; y Siquiatría Calle unos 20. En cuanto a la Ruta Calle específicamente, son más de 300 personas que reciben la ayuda.
Rodrigo Castillo, coordinador del programa en el Hogar de Cristo, sostiene que "también atendemos a personas que no son parte del programa. También están en situación de calle pero no forman parte del programa".
"Vemos en qué materia necesitan orientación y apoyo. Contando nuestros usuarios y otros de atención directa con prestaciones básicas, estamos trabajando con alrededor de unas 100 o más personas al mes. Es una buena cantidad. Lo que pasa es que ellos rotan mucho de ciudades, se van moviendo constantemente, y además con el tema de la migración también aumenta con las personas extranjeras. Yo creo que unos diez son extranjeros", explica.
Si bien la cobertura de Tabor se especializa en temas de adicción a alcohol y drogas especialmente en el sector norte de la ciudad desde la Playa Paraíso, en el caso del Hogar de Cristo su trabajo se enfoca en la zona centro-sur.
"Nosotros tenemos diez voluntarios del Programa Acogida (con el que ejecutan la Ruta Calle), y otros dos grupos aparte de voluntarios, quienes participan en actividades específicas de acción social, como los estudiantes del San Luis (...) Vamos a terreno generalmente los lunes y los viernes, pero durante la semana vamos también buscando a las personas que no encontramos o no hemos visto durante un largo tiempo, o personas que no asisten a las oficinas del Hogar de Cristo, y a ellos vamos a intervenirlos en terreno", añade.
Recuperación
Una de los principales factores con el que luchan es la drogadicción. Castillo estima que en la ciudad la pasta base y el alcohol son las principales, contando dentro de ese grupo al 80% de sus usuarios. Por eso las palabras de Juan Carlos Yáñez, quien lleva más de 18 meses sin beber una gota de alcohol, toman mayor fuerzas.
"Ahora que estoy sin trago, me digo cómo fui tan tonto de perder tantos años de mi vida. Pero aún es tiempo de vivir los últimos años lo mejor que pueda. Y eso pasa por no tomar más, trabajar, caminar al aire libre, disfrutar de la vida y de mi madre Hortencia, a la que tanto hice sufrir por el alcohol", concluye Yáñez sobre su exitosa recuperación".