Cartas
No hay 18 sin un buen morapio
En este mes patrio confluyen dos grandes fechas para exaltar a nuestro producto nacional por excelencia, el vino.
Qué mejor que festejarlo en grande, abriendo los descorches de septiembre, con el día nacional del "Vino chileno". Su origen, un 4 de septiembre de 1545, cuando el castizo Pedro de Valdivia escribe al rey de España solicitando vides y vinos para evangelizar. Se proclama entonces -hace unos años por la autoridad de Gobierno- ese día como el día nacional del vino chileno.
Desde mi perspectiva soy un convencido del potencial de tal producto, el cual ha sabido honrar nuestras raíces republicanas y por qué no los albores de nuestra gastronomía. No por nada la industria vitivinícola se empina actualmente como uno de los focos de negocio más importantes a nivel país.
No hay ningún chileno, si así dice serlo, de zapateo y cueca, que no goce empipándose una buena cañita o copa de vino chileno para estas fiestas patrias.
Y mejor aún si resulta ser para refrescar el espíritu patriota y honrar a nuestro producto estrella de exportación. Y recuerden ¡El vino es bueno porque el vino es Chile. Salud!