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Thompson y su sueño de hacer de Antofa una ciudad del cine

El empresario está invirtiendo fuertemente en equipos para reavivar el sueño del Hollywood de Latinoamérica en la capital nortina. Entre sus planes está traer a grandes actores de Estados Unidos.
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Andre P. Malebrán T.

Dicen que soñar no cuesta nada, pero de seguro el que inventó esa frase no estaba viendo la enorme inversión en términos de tiempo, trabajo y dinero que Luis Thompson viene realizando desde los ochenta para poder ver su nombre por fin en los créditos de una cinta. El problema, claro, es que la otra patita de su anhelo incluye además proyectar su obra en la pantalla grande, ahí es donde la cosa se pone complicada. Y si de pantallas grandes se trata, las de su estudio han sido por ahora las únicas que han reproducido su propuesta cinematográfica. El público: sus colaboradores, familiares y, desde esta semana, el Diario La Estrella.

Este emprendedor próximo a cumplir los 66 años insiste en que primero que todo, su familia, carrera y éxito se deben a la ayuda que Dios le entregó cada vez que inició una nueva aventura. Por eso cuando adelanta algo sobre sus guiones la figura de la divinidad siempre está presente. A veces de forma simbólica y en otras -como en la película "Feo pero no Huevón"- de manera explícita.

Formación

Estudió cine en Francia hace más de 30 años, y desde que salió de la escuela nunca abandonó la ilusión de crear películas. Con la suerte hoy de poder contar con recursos suficientes -relata- pudo empezar a invertir en equipos de primerísimo nivel. Viajó a Estados Unidos e incluso se anotó en una lista de espera internacional para comprar cámaras de última generación.

Pero mucho antes de conformar su actual productora audiovisual, las ganas de dedicarse al séptimo arte comenzaron cuando iba al colegio.

"Como mi apellido es Thompson se me acercaron los gringos del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos, más menos como a los 12 o 13 años, y vi que ellos tenían proyectores. Así que imagínate, ¡tener un proyector de películas en mis manos era algo pero de no creerlo! Les pregunté si podía pasar las películas que tenían en mi población y me dijeron que sí, así que empecé a pasar películas en la calle", recuerda.

Proyectaba los rollos de los norteamericanos (principalmente sobre la carrera espacial) hasta que con el tiempo pudo conseguirse las cintas que su colegio, el San José, arrendaba en Santiago, como Tarzán, Frankenstein y hasta partidos de fútbol de Pelé. "Nadie había visto jugando a Pelé porque nadie tenía televisión poh... Así que me puse de acuerdo con organizaciones de jóvenes y así la mitad del costo de las películas las pagaban ellos y pudimos comprar pantalones, camisas, organizamos paseos con las mamás, y todo como a los 13 años", cuenta.

"Los lunes los curas me mandaban a dirigir la oración con todo el colegio y así le fui perdiendo el miedo al micrófono, hasta que pasó el tiempo y los jóvenes del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) llegaron y me dijeron tú vení de la Población Prat, hijo de un obrero, así que queremos tenerte dentro del MIR... Y así pasé a ser el número uno de las escuelas secundarias (...) después entré a la [Universidad del] Norte, estudié sociología, y como llegó el Golpe de Estado me pusieron en un bando de prohibición física en todas las universidades de Chile, así que cortaron todos mis anhelos de estudiar", comenta.

Fue después, cuando él y su familia se resignaban a esta compleja situación, que unos excompañeros sanjosinos le consiguieron en el exilio una beca para estudiar Cultura y Cinematografía en la Universidad de Jussieu (también conocida como "París 7"). "Yo vi una oportunidad para poder seguir estudiando sociología, entonces empecé a estudiar como dos carreras juntas", recuerda agregando que "como estudiante podía entrar a los estudios cinematográficos. Habían muchas películas de época, donde los decoradores eran muy importantes. Fue una linda experiencia".

Antofagasta

Con los años regresó, puso una panadería en la Población O'Higgins que después trasladó al centro, y posteriormente siguió los consejos de la vedette Beatriz Alegret, quien le dijo que pusiera un local nocturno donde intentó replicar los shows revisteriles que vio en Francia. Se llamó 'Luces de París'. "Para todos en el San José yo iba a ser cura porque dirigía las oraciones, era amigo de los curas, manejaba hasta la camioneta de los curas, y de repente salgo con un night club en calle Sucre... jajaja", señala.

El negocio, con altibajos, pudo sostenerse e incluso ampliarse luego con otros tres locales del mismo rubro. "En Francia tuve oportunidades fabulosas, pero me vine para acá y con el tiempo me dije que podía llevar adelante mi sueño porque me estaba quedando plata. Fui a ver cámaras a Santiago, pero después me puse a ver cuáles eran las cámaras que usaban en Hollywood, y entonces mi hijo empezó a buscar...", adelanta.

Fue así que llegó a la marca Red Digital Cinema, creadora de la cámara Red One, misma herramienta que se utilizó en películas como Avatar, Transformers, o más recientemente en Los Guardianes de la Galaxia 2. Ya adquiridas tres unidades, empezó a buscar guiones para filmar un largometraje pero solo encontró guiones de cortos, así que sin hacerse mayores problemas se largó a la tarea de escribir las películas que siempre quiso hacer.

"Escribí como tres o cuatro guiones, porque ya tenía la base de lo que aprendí en Francia. Y así utilicé los consejos que me daban los decoradores y todos los que conocí allá.

"El Tesoro de la Laguna Encantada" (próximo proyecto), "Traidora y Asesina del Pueblo" (ya grabada), "Feo pero no Huevón" (en postproducción) y la última "Suicidio Forzado" (basado en su propia experiencia como enfermo de diabetes), son sus obras.

En las producciones que ya realizó contó con equipos de más de veinte personas, trayendo además a profesionales de Santiago. Pero su intención es aumentar la apuesta y aprovechar sus contactos: "voy a mandar a personas a Santiago para que se entrevisten con la Hoyts y otras empresas para intentar en el circuito cinematográfico. Si entramos tendríamos financiamiento para poder hacer otras cosas (...) Siempre estuvo la idea de hacer a Antofagasta un Hollywood, entonces ¿qué es lo que digo yo? Yo voy a llevar a la realidad ese sueño (...) Tenemos el contacto del canal de cine arte francés, y la idea es hacerla con grandes artistas y presentarla en festivales de Hollywood. Está la idea de traer a Richard Gere que no le interesa el dinero solo que el proyecto sea bueno y ojalá ganar un Oscar", afirma.

"Es difícil hacer esta ciudad cinematográfica porque como que te echan de la ciudad para que te vayas a Santiago. Yo ni siquiera tengo pensado usar dinero del Estado para las películas. Lo que yo creo es que con el dinero que ganarían las películas se pueden hacer más, no le puedo seguir pidiendo dinero a la familia. Lo único que necesito es que se abran las puertas del cine para poder mostrar las películas", concluye.