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La Lengua de Señas Chilena y el esfuerzo por su integración local

Existen profesionales capacitados que sirven como puente entre nuestra comunidad. Un derecho lingüístico que les permite tener acceso a la información de forma oportuna, actualizada, comunicándose con el resto de la sociedad.
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Andre P. Malebrán T.

Entendido como modelo social, la discapacidad es la consecuencia de la interacción del individuo con un entorno que no da cabida a las diferencias y límites del individuo o impide su participación en la sociedad.

Aquello es lo primero que recalca Juan Carlos Valenzuela a La Estrella luego de plantearle la siguiente pregunta "¿te parece que en la Región de Antofagasta existe voluntad de querer aprender la lengua de señas?".

El hombre que lidera Wenüi - Deporte & Inclusión, organización que busca a través de actividades deportivas, recreativas e intervenciones urbanas, sensibilizar e impulsar respeto y autonomía de personas con necesidades especiales, comenta sobre la recepción de la comunidad oyente que "siempre está dispuesta a conocer nuestra lengua. Eso está demostrado en nuestros cursos semestrales a los cuales llegan profesionales distintos trabajos, estudiantes y público general".

Eso sí, advierte, "siempre está la voluntad [de la comunidad], pero es difícil competir en país y región que valora más un idioma extranjero que cubrir las necesidades de información al 1,5 % de los antofagastinos".

¿Y que es el Alfabeto de lengua de señas Chilena (LSCh)? Juan Carlos lo explica como la representación de las letras del alfabeto de la lengua oral a través de las configuraciones de la mano. Se puede signar palabras y frases deletreando cada letra por separada, lo que sirve para expresar el nombre de las personas o lugares, y para referirse un concepto nuevo que aún no tiene seña.

"La lengua de señas LSCh es patrimonio de las Personas Sordas/Hipoacusia, es nuestro derecho lingüístico el cual nos permite tener acceso a la información oportuna, actualizada y poder comunicarnos con el resto de la sociedad. La mejor manera de difundir y enseñar nuestra cultura, es a través de los cursos de LSCh, los cuales son reconocidos solo cuando son dictados por instructores sordos certificados y reconocidos en nuestra comunidad", indica.

Las universidades, liceos, colegios, jardines infantiles públicos y privados tienen que tener personal capacitado y certificados en lengua de señas, para cubrir las necesidades y traspasar la información a las alumnos sordos.

"Muy pocas [instituciones] lo hacen, otras valoran más un idioma extranjero teniendo entre sus alumnos personas sordas que deben luchar constantemente para estudiar y que esa casa de estudio respete sus derechos...", sostiene el hombre perteneciente a la mencionada institución antofagastina que busca derribar barreras de exclusión y lograr la integración de las personas pertenecientes a la cultura sorda.

¿Cultura?

Se define la cultura sorda al conjunto de: símbolos, valores, actitudes, formas de comunicación, de organización social y de bienes materiales que tiene una sociedad, los que se transmiten de una generación a otra.

Solange Villanueva se mantiene en esta cruzada cultural como facilitadora en dicha lengua. La periodista licenciada en ciencias de la comunicación quiso hacer de su carrera una forma de integración social y a la fecha se destaca colaborando incluso en conciertos y pubs de la capital regional.

"La gente común y corriente tiene una percepción súper buena, y la gente relacionada con el área de la educación como que se empieza a inquietar y cuestionar en sus universidades el porqué no se incluye esto en las mallas [curriculares]. Debería ser una lengua universal que podamos manejar todos", reclama.

Sobre su experiencia sostiene que la comunidad local "al ver a alguna persona cantando en lengua de señas o haciendo algo artístico, hace que la gente se empiece a cuestionar esto (...) la única crítica que por lo menos yo le hago al sistema, es que cuando la gente lo ve tiene una muy buena recepción, pero aún así la ciudadanía sigue solo pensando en lo "bacán" que es aprender la lengua de señas, pero también es importante que la gente tenga claro que el primer sentido de aprender la lengua de señas no es ampliar el currículum, sino ser un aporte para la comunidad sorda. En el fondo es un deber ciudadano poder comunicarnos con todos (...) sería importante que la gente lo tomara como un aporte para la comunidad".

Por ello es importante valorar la participación de los intérpretes certificados como forma de respetar su cultura y preocuparse siempre que los cursos sean dictados con instructores sordos.

Solange añade que el mensaje principal es que todos sintamos el deber social de apoyar en lo que se pueda. "Tienes que ayudar en lo que puedas. A mí por ejemplo me han llamado [diciendo] sabes estoy acá en X compañía telefónica, y la persona que me está atendiendo no me entiende que yo tengo la línea pagada y no me dan el teléfono, ¿me puedes ayudar? Y uno tiene que hacerse el tiempo para poder ir, porque es nuestro deber", agrega la facilitadora de la comunicación antofagastina.

Acceso

Cada día son más las instituciones que muestran interés en avanzar en materias de inclusión. Una de ellas es la Universidad de Antofagasta, que la semana pasada inició su curso en lengua de señas.

La iniciativa que contempla 24 horas de aprendizaje se extenderá hasta esta jornada (12 de octubre) y cuenta con la participación de funcionarios pertenecientes a distintas unidades de la casa de estudios superiores.

"Es importante entender que este curso abordará los aspectos básicos para comunicarnos en un primer acercamiento con un estudiante sordo, pero sin duda tenemos la intención de que estas iniciativas vayan creciendo con el tiempo, que se realicen otros cursos y que más unidades se incorporen, con el fin de crecer como comunidad institucional y sigamos avanzando en materias de inclusión", comenta Elizabeth Álvarez, asesora de la Dirección de Desarrollo Estudiantil UA.

Entre los participantes se encuentran principalmente funcionarios con relación directa con los alumnos quienes se inscribieron voluntariamente en el curso.

El Estado de Chile tiene la obligación de hacer valer mis derechos y las instituciones públicas son las principales entidades en respetar a cada ciudadano. Juan Carlos de Wenüi concluye que " la mejor medida es trabajar conjuntamente para lograr el cambio de conciencia en la comunidad y poder hacer una inclusión real de las personas sordas".