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Michael Alba no se detiene a pesar del nulo apoyo

Entrena temprano, estudia y después se va a trabajar para poder pagar sus zapatillas y viajes de competencia. Reconoció que es el mayor noqueador del mundo y que estuvo muy cerca de la muerte.
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Mario Anziani Ribera - Mario Anziani Ribera

Ser deportista en la región es complejo, más aún cuando no tienes a nadie que te apoye para conseguir tus metas. Es el caso de Michael Alba, joven estudiante de Pedagogía en Educación Física, trabajador y campeón en atletismo.

Está cerca de egresar de su carrera, con mucho potencial, pero que lamentablemente corre solo.

"Trato de entrenar temprano en la mañana y después me voy a clases, volver a entrenar y si puedo una siesta, y después a trabajar, que es hasta tarde para poder solventar los gastos que son bastantes", señaló Michael Alba.

El joven atleta agregó que "el atletismo no da mucho para comer, por lo que hay que trabajar sí o sí para financiar los viajes y zapatillas".

Hasta ahora reconoce que está solo y que no tiene ningún sponsor que lo ayude. "No tengo ninguna ayuda de sponsor ahora, sólo he estado financiándome con lo que gano en mi trabajo. Por ejemplo este semestre tuve que pagarme todos los viajes, la zapatillas que un par está a 60 o 70 mil pesos y hay que ir con dos pares para pasar dos a tres meses, agregando también alojamiento y todo lo que tiene que ver con la logística", apuntó.

A pesar de todos estos problemas, Alba sigue preparándose para sus competencias, donde tiene fijado su objetivo en el próximo año en Cochabamba, lugar donde se realizará los Odesur y al que intentará clasificar.

"Ya empecé el período básico el que va a durar unos tres meses, donde dos serán entrenando en Antofagasta y después iré a Calama para entrenar un mes y medio más".

Campeón a nivel universitario en 3 mil y 5 mil metros, el calameño sigue tras su sueño, con los bolsillos vacíos, pero con mucho talento.


Martín Vargas recordó


su paso por la provincia

Quizás hay muchas generaciones que no alcanzaron a ver las peleas de Martín Vargas. De hecho muchos adultos no alcanzaron a verlas, porque cuando se paraban de la silla, Vargas ya había conseguido un knockout.

El reconocido boxeador nacional estuvo en Calama, dictando una charla de prevención del consumo de alcohol y drogas, junto a quien es hoy su pupilo, Cristian Salas.

Vargas, quien debutó profesionalmente un 25 de marzo de 1973 estuvo en la ciudad de Calama, donde incluso tuvo una pelea en el mítico Club Chuquicamata.

"Lindos recuerdos, acordándome de los hermanos Ortega, porque ellos estuvieron al lado mío cuando hice el video "Pega Martín Pega" el que quedó en la historia del deporte chileno", recordó.

Agregó que en "Chuquicamata combatí contra Oscar Vergara el 'Enano Maldito' que le decía, mientras que en Calama hice exhibiciones con Carlos Amaya que era de Chuqui y otros boxeadores de Calama y la gente se iba feliz, porque a mi no me gustaba que me pegaran y pegaba yo y se terminaba la exhibición".

Vargas se dio un tiempo para analizar l boxeo actual, el cual cree que está "viviendo tiempos muy difíciles, a pesar que yo tengo un gran pupilo, Cristian Salas que consiguió el título plata latino quedando dentro de los 20 mejores del mundo".

Vargas reconoció que estuvo cerca de la muerte, "mi enfermedad no se la doy a nadie, ni a mi peor enemigo, pero tuve la fuerza de seguir viviendo".

Crítico desde siempre, no guarda buenos recuerdos de la prensa, en especial de ciertas personas que para él mentían, y que dice "le afectaron mucho".

Hoy, busca ayudar a los jóvenes a evitar el consumo de alcohol y drogas.

Un año más le queda de estudios a Michael Alba, la que complementa con entrenamiento y trabajo.

Tres meses estará preparándose para ir a Bolivia, donde serán los Odesur en la ciudad de Cochabamba.

22 años se dedicó Martín Vargas al boxeo profesional. Desde los nueve que convive con el ring y los guantes.

cronica@estrellaloa.cl

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