Cartas
Educación de idiomas
La inclusión de segundas lenguas en nuestro país está muy por debajo de la realidad europea, donde sus habitantes manejan -por lo menos- dos idiomas.
Un segundo idioma necesita plantearse no como un lujo para las futuras generaciones, sino como una herramienta esencial que permitirá acercar nuestros indicadores a los de países líderes. Actualmente, el dominio del inglés en la fuerza de trabajo, por ejemplo, se relaciona positivamente con indicadores de innovación, transparencia y facilidad para hacer negocios en países desarrollados.
Por esta razón, la inversión -desde lo público y lo privado- y las voluntades político-sociales son fundamentales en esta materia. Holanda, país que en 2016 ocupó el primer lugar en el English Proficency Index (EPI) sobre manejo de inglés a nivel mundial, enseña esta lengua desde la educación preescolar, pasando a ser obligatoria desde primero básico. En Chile, solo toma este carácter a contar del quinto año del mismo nivel. Que nuestros habitantes manejen un segundo idioma no es mero capricho, sino una necesidad real de subirse al carro del desarrollo. Carro que, sin lugar a dudas, debe ser empujado por todos y no solo por unos cuantos.