Parece a estas alturas y chiste de muy mal gusto, pero en menos de dos semanas nuevamente una céntrica tienda de calzados, fue afectada por un robo durante la noche.

Ubicada en calle Ramírez con Vivar, hace dos fin de semanas delincuentes habían ingresado logrando sustraer alrededor de tres millones de pesos en especies.

En dicha oportunidad un patrullaje preventivo de personal de Carabineros permitió su captura de manera flagrante. Se recuperaron las especies y se entregó a la justicia a los delincuentes.

Esta vez fue diferente, porque el administrador del local solo se percató del hecho una vez que llegó hasta el local comercial.

Claros signos de fuerza eran la confirmación que antisociales habían ingresado durante la noche.

Al realizar una revisión pudo comprobar que habían logrado sustraer varios pares de zapatos. El avalúo es cercano al millón de pesos.

En el lugar no existen medidas de seguridad que impidieran el ilícito o que registraran el actuar delictual. Carabineros adoptó el procedimiento y entregó los antecedentes al Ministerio Público.

Eran varios los espacios públicos que habían sido tomados por la gente que vive en situación de calle.

Ante las quejas reiteradas de la comunidad, la oficina de Asuntos Comunitarios de Carabineros, comenzó el desalojo de estas personas.

"Hemos empezado a recuperar los espacios públicos, haciéndolo de una manera donde no salgan perjudicados ellos tampoco, orientándolos a que se acercan a las entidades de ayuda, pero en general se niegan a recibirla. Retiramos las cosas con la colaboración de la Municipalidad, andamos trabajando en toda la ciudad", explicó el jefe de esta oficina, suboficial mayor Héctor Espinoza.

El llamado es que quienes hayan detectado estos focos, puedan aportar la información en esta oficina, a fin de coordinar las acciones tendiente a erradicar a quienes viven en situación de calle.

Son varios los sectores que han sido intervenidos y se espera seguir trabajando a fin de aumentar la sensación de seguridad de los vecinos, eliminando estos puntos muchas veces conflictivos.

Redacción - La Estrella

U n robo a mano armada de un taxi colectivo, le valió al delincuente que perpetró el ilícito, pasar cinco años en la cárcel.

Fue la fiscal Priscilla Gunaris, quien obtuvo una sentencia de condena en contra de Juan Alejandro Torres Peralta de 31 años de edad, a quién el Tribunal de Juicio Oral en lo penal de Calama, encontró culpable de un delito de robo con intimidación perpetrado en la capital loina, ilícito por el que le aplicó una pena de cinco años y un día de presidio mayor en su grado mínimo, la que deberá cumplir de manera efectiva.

Este violento episodio se registró durante el mes de junio del año pasado, cuando la víctima cumplía con su jornada como conductor de colectivo.

Según relató al momento de denunciar los hechos, explicó que el 7 de junio se desplazaba por la ciudad en colectivo de la línea 11 por Avenida Huaytiquina, cuando al llegar al pasaje Hojalar se detuvo para dejar un pasajero.

Fue ese momento que aprovechó el imputado para acercarse al vehículo con un arma de fuego apuntándolo y de manera grosera lo conmina a bajarse del vehículo.

La víctima atemorizada baja del vehículo, huyendo el imputado a bordo del auto robado por Avenida Huaytiquina.

Pidió ayuda a sus colegas, quienes llamaron a Carabineros, quienes llegan al lugar en los instantes en que una colega de la víctima llama para indicar que había dado con el vehículo y que en su interior se encontraba un sujeto.

Carabineros en conjunto con la víctima acuden a Frei Bonn Federico Errázuriz, intersección donde se encontraba el auto y el imputado en su interior. Éste al ver la presencia policial se bajó del auto e intentó huir del lugar escalando una muralla, sin embargo se pudo concretar su detención.

El imputado renunció a su derecho a guardar silencio y reconoció los hechos aunque de manera diferente.

Afirma que el día de los hechos fue a comprar a una botillería, en pasaje Hojalar y frente a ella estaba estacionado el taxi colectivo con la puerta abierta y las llaves en su interior y que el conductor estaba conversando con el propietario del negocio, reconoce que sustrajo el vehículo, pero sin violencia, por lo que la defensa solicito recalificar el delito a hurto

Las pruebas llevaron a los sentenciadores a dar por acreditado tanto el delito por el que se acusó como la participación que en el mismo correspondió al acusado, dictando sentencia de condena por robo con intimidación.