Picadas, cocina a la chilena

El 15 de abril celebramos el día de la cocina chilena. Sin embargo, esta vez más que hablar de ella, echaré mano al recuerdo de mi inspirador en la buena vida, mi abuelo Arturo, un gozador de picadas.

Qué mejor lugar que "las picadas" para descubrir el sabor de lo nuestro. La sala de estar colectiva de los humildes, democráticos y republicanos. Porque el comer y el beber están ligado a la plática de la amistad, la discusión del trabajo, la política y la expansión sentimental. Es esa comida basada en la "buena mesa" al natural y no sacada de la receta de libros la que debemos rescatar.

Son sus nombres como "Donde mueren los valientes", "El pata largas", "Quitapenas", "Chancho con chaleco", "El hoyo" y "La piojera", que construyen el consciente colectivo de nuestra cocina. Tragos como el "Cuchuplay", el "Negroni", el "Picuncho" y "Clery", que nos humectan el corazón. Y finalmente Platachos y causeos como "Pebre cuchareados" y "sopas criatureras" con la malicia popular que le atribuimos poderes afrodisiacos que nos condimentan la vida.

Ay, abuelo, casi te veo allí sentado, brindando, con brisca en mano comenzando a contar alguna de tus historias.