Contraportada

Deborah Moreno Gálvez

Cerca de la esquina de las calles Bustamante con Rancagua, en la capital, había una sucursal de la "Caja de Crédito Popular" en el comienzo de sus servicios. Cuenta la historia que la gente asistía al lugar camufladas para no ser reconocidos y que cuando se les preguntaba la razón de sus abundantes billeteras respondían que tenían "una tía rica" que les prestaba dinero.

Así comenzó a circular el famoso seudónimo que tiene la Dirección General de Crédito Prendario (Dicrep), pero que antes se llamaba "Caja de crédito popular", según relató el subdirector de la institución, Cristóbal Saavedra. Es sabido que la "Tía Rica" realiza préstamos sin pedir ningún requisito, sólo que lleven un objeto de valor. Luego de seis meses se debe pagar la deuda. Pero además, cumple la función de bodegaje de objetos de alto valor o incluso valor histórico. "En el caso de la vitrola, de 1904, probablemente la persona lo ocupa más bien como bodegaje, porque acá está bien resguardada", explicó Saavedra.

Los objetos antiguos que guarda en su interior la casa matriz de Dicrep los conservan permanentemente. Los dueños piden préstamos muy inferiores al valor del producto. "Ellos pagan su préstamo, piden otro y vuelven en seis meses. Así se genera un sistema de custodia de los artículos", dijo la autoridad.

En algunas situaciones que no son la mayoría, las personas tienen guardado más de un objeto de valor. Un caso son los jarrones de porcelana Capodimonte Beige y unos caballos cromados Capodimonte con base de vidrio. Saavedra afirmó que en la institución desconocen el porcentaje total de los artículos que están allí sólo por resguardo, pero aclaró que la sección de "objetos varios" representa el 4% de los objetos que la Dicrep tiene bajo su poder.

El 75% de las personas que empeñan objetos son mujeres y el rango de edad que recurre a los préstamos sin exigencias son en su mayoría personas de sobre los 45 años.

Las prendas que se dejan en forma de pago, sean alhajas u otros objetos de valor, son revisados por tasadores de la institución. La Tía Rica cuenta con una Escuela de Tasadores, la que está reconocida por el Ministerio de Educación.

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