Secciones

El origen mexicano de la imagen de la Virgen de Guadalupe de Ayquina

Un conquistador español trajo la imagen desde el país nortemaricano y la dejó escondida en el río Salado con al intención de volver a buscarla. Eso fue en el año 1.554.
E-mail Compartir

Redacción

Queda muy poco para que se celebre la Fiesta de la Virgen Guadalupe de Ayquina, donde miles de fieles se preparan para llegar hasta el Santuario Religioso que está a solo 68 kilómetros de Calama.

La mayoría conoce la leyenda de Casimiro Saire, el niño que encontró a la imagen en el valle. Pero muy pocos realmente saben la historia detrás de esta imagen y de por qué se llama Guadalupe.

Investigadores

Para poder entender la historia de la Virgen de Guadalupe de Ayquina, basándonos en lo que dicen los libros de historia, todo tiene que ver con la llegada de los españoles a Chile. Posterior al descubrimiento y conquista, su influencia de fe cristiana, se mantiene hasta la actualidad. Son varias las fiestas religiosas de la zona norte, que se desarrollaron debido a la propagación española.

El profesor de Castellano, Luis Arán Faúndez, en su artículo Influencia Hispánica en Las Fiestas del Norte Grande, averiguó la historia detrás de estas imágenes veneradas, entre ella La Tirana y la Virgen de Ayquina, esto gracias al apoyo tanto de los protagonistas de estas celebraciones y del escritor calameño, Héctor Pumarino Soto.

Guadalupe Mexicana

En este texto se cuenta la historia del español Juan Navarro, oriundo de Cáceres e hijo de una familia humilde. "Motivado por un amigo decide emprender un viaje a las tierras descubiertas por Colón, en busca de fortuna, ilusionado por las noticias que llegaban de allá en el sentido de la facilidad por acceder a la riqueza", explicó Arán en su artículo,

Según lo investigado por este profesor, Navarro se despide de sus padres y de su novia Guadalupe, prometiendo volver a España para unirse en matrimonio luego de obtener dinero suficiente en su conquista en América.

El español habría llegado hasta un pueblo mexicano en América, llamado Tepayac en 1542, donde se veneraba al igual que en algunas localidades de España a la Virgen Guadalupe. "No está demás decir que contó con la adoración de Juan Navarro por el extremado parecido que le encontraba con su amada", se indicó en el texto.

Navarro se hizo amigo del padre del pueblo y partieron hacia el Cuzco con la imagen de la Virgen de Guadalupe desde México, la que era importante tanto para el religioso como para el conquistador.

"Durante el trayecto se divide el grupo, produciéndose una pequeña batalla, en la que su amigo (de Navarro) muere y junto a los rebeldes huyen hacia la villa Atacama para evitar ser juzgados. Allí permanecen hasta que Juan se recupera de las heridas que recibió de su amigo", agregó el docente.

Posteriormente a eso, se habrían trasladado hasta San Pedro de Atacama, donde permanecieron escondidos de los indígenas.

Virgen y el Salado

Juan Navarro y su amigo sacerdote, finalmente se establecieron en el poblado de Turi, donde se dedicaron a la agricultura y ayudados de la comunidad, levantaron una capilla donde ubicaron la imagen de Guadalupe.

Según el artículo de Arán, ya habían pasado 12 años desde que Juan Navarro había llegado al continente cuando se enteraron de la muerte de Pedro de Valdivia, lo que habría alentado a los indígenas para pelear con los conquistadores. "Es así como se lanzan contra los extraños y los exterminan, salvando solo el Cura y Navarro gracias a una india que los protege y les facilita la huida. Sin embargo, como cargar la imagen (de la virgen) les resultaba una gran incomodidad durante el escape, deciden esconderla entre unas breñas, cerca del río Salado, con la intención de volver a buscarla, lo que nunca aconteció", finalizó el artículo.

Desde ahí nada se sabe del sacerdote y Juan Navarro, solo que desde el momento que escondieron a la Virgen, se desarrolló una leyenda que dura hasta nuestros días.

Casimiro Saire

En los textos del escritor calameño Héctor Pumarino Soto, relata que el pequeño Casimiro Saire de Turi contaba en su hogar que él siempre jugaba con el hijo pequeño de una señora que vivía cerca del río Salado. Un día los padres lo siguieron encontrándose con la imagen de la Virgen de Guadalupe perteneciente al español Juan Navarro. "Se cuenta también que llevaron la imagen a la capilla de Turi, pero esta se devolvió tres veces desde donde la encontraron. Por eso decidieron levantar una iglesia donde actualmente esta el santuario de Ayquina", explicó Pumarino.

"Dios nos regaló la gracia en esa quebrada de Ayquina, esa gracia se llama Guadalupe de Ayquina. Digo que es una gracia porque es un don, para que ella nos entregue lo más preciado que tenemos los cristianos, su hijo Jesucristo", explicó el párroco rector de las iglesias andinas de Calama, David Vargas.