Semáforo

Señor director:

Qué buena observación del lector Hernán Araya y ayuda al servicio público de nuestra ciudad de Antofagasta, referente al semáforo frente al antiguo hospital. Ojalá las autoridades lo tomen en cuenta a la brevedad posible.

Atte.-

Frano A.

Cambios en justicia

Estimado director:

A propósito de justicia y de cambios, sería muy pertinente que en paralelo, mientras se buscan los candidatos para postular al cargo de presidente de la Corte Suprema, se mande a mantención la balanza y se cambie el paño de la venda de la justicia, para evitar que se den casos como que a un chileno en el sur, por robarse una concha de jabón usada, un chaleco viejo y una gallina le den 5 años y un día de cárcel, y a otro chileno por coludirse y ganar millones de dólares solo le sugieran clases de ética y escribir 20 veces "Prometo que no lo volveré a hacer"... Y la tripleta perfecta sería la urgente actualización de nuestro Código Penal.

Luis Enrique Soler Milla

Francisco

Francisco Vicente Gallardo Araya es antofagastino querendón de su amada tierra. La educación primaria la hizo en la Escuela N° 9 que estaba en calle Bolívar, y la secundaria en el liceo. Llegó a trabajar a la UCN con mucho optimismo y ganas de triunfar. Bibliotecario fue su primer puesto, donde tuvo gran desempeño. Era ágil, atento y atendía muy bien a los alumnos. Se ganó el cariño de sus compañeros y notas de mérito. Con los años fue ascendido a encargado de colección general. Vio pasar a muchas generaciones, las cuales hoy son profesionales que lo recuerdan con mucho cariño. Después de cumplir 45 años de intenso trabajo se acogió a jubilación. Sus compañeros de la universidad le hicieron una gran despedida, donde recordaron tiempos bonitos y felices. Francisco ahora es el presidente de la Asociación de Fútbol Laboral, donde bajo su presidencia han sido 9 años campeones de Chile. Trabaja arduamente para tener lo mejor para la asociación. Por eso presentó un proyecto para el Core y la municipalidad, pues su sueño es tener una cancha y sede propia.

Francisco es casado, tiene tres hijos y tres nietos, y es un agradecido de la Universidad del Norte donde vivió gran parte de su vida.