Cartas
Un país al revés
Señor director:
En Chile, los derechos humanos favorecen más al delincuente que al honesto.
En Chile, pocos tienen mucho y muchos tienen poco.
En Chile, el que trabaja más gana menos y el que trabaja menos gana más.
En Chile, el pobre es cada día más pobre y el rico cada día más rico.
En Chile, con la "dieta" los parlamentarios "engordan".
En Chile, llegar a viejo es un drama. En otros lugares, es una bendición y un honor.
En Chile, los que hacen las leyes son los primeros en vulnerarlas.
En Chile, el pueblo trabaja para aquellos que deberían trabajar para el pueblo.
En Chile, la salud y la educación son un negocio.
En Chile, las isapres y las AFP son una lacra, no un beneficio.
En Chile, la vocación de servicio ha ido desapareciendo. Ahora es un cheque a fecha.
Jorge Valenzuela Araya
Antiabusos
Señor director:
La colusión hay que tomársela en serio porque es más común de lo que muchos quieren creer y porque es de las prácticas anticompetitivas más dañinas que existen.
Por treinta años, en nuestro país existió la pena de cárcel para la colusión. El 2003 esa sanción fue derogada y en 2009 remplazada por una serie de herramientas, entre las cuales se encuentran la delación compensada y las facultades intrusivas de la FNE para investigar, acciones que no evitaron que tuviésemos casos como la colusión del papel, de las farmacias o de los pollos.
Más allá de constituir un robo a gran escala, los acuerdos en precios destruyen una economía de mercado y por ello deben ser sancionados fuertemente. En esa dirección, es imperante y de suma importancia de la agenda antiabusos. Porque Chile necesita decir basta a los abusos en todas sus formas posibles. Debemos partir por castigar a aquellos que comenten delitos económicos.
Tomás Orellana Bardavid
ingeniero