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Lluvias estivales tendrían su máxima manifestación a mediados de febrero

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Un trabajo de carácter preventivo inició ayer y de manera formal la intendencia regional, la cual convocó a autoridades comunales y regionales que ayer participaron del primer Comité Operativo de Emergencias (COE) convocado para afrontar lo que serán las lluvias estivales para los meses de enero y febrero próximo.

La convocatoria estuvo liderada por el intendente Edgar Blanco, quien tras la reunión de coordinación entre servicios públicos, secretarías regionales ministeriales, representantes de los tres municipios de la provincia de El Loa, el Ejército y la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), entregó algunos de los detalles que tuvo la cita.

"La reunión es una etapa más de planificación de posibles emergencias que tengamos en la región, y en particular acerca de las lluvias estivales que se repitan y que puedan tener posibles afectaciones en Alto Loa y Atacama La Grande", partió explicando el intendente Blanco.

La autoridad regional agregó que "en cuanto a la conectividad la tenemos completa en toda la región, y tras las lluvias del año pasado se recuperó pronto. La diferencia es que no tenemos obras definitivas en algunos sectores. En cuanto a las obras estas fueron no solo repuestas sino que mejoradas. Sabemos que las lluvias pueden incrementarse y para ello necesitamos conducir mayor cantidad de agua por un mismo sector. Y donde antes teníamos cinco metros cuadrados de área, ahora tenemos 15 y quizá más".

En tanto el director (s) de la Onemi, Jorge Ramos, entregó algunas de las proyecciones que afectarían a la provincia de El Loa en cuanto al fenómeno conocido como 'invierno altiplánico'. "En un contexto general y en cuanto a los trabajos efectuados por el Gobierno Regional y las autoridades acá convocadas, estamos trabajando en el plan de lluvias estivales 2019-2020, el cual partió en noviembre del año pasado en comunas como Ollagüe, San Pedro de Atacama y Calama y con cuyos municipios hicimos una primera etapa de diagnóstico. Detectando los puntos críticos de cada municipio y las actividades de preparación".

En una segunda fase el Gobierno Regional está coordinando con las secretarías regionales ministeriales, "un trabajo de apoyo sectorial y de monitoreo en cada sector que permita además obtener información rápida sobre el estado que presente el fenómeno", complementó Blanco.

En cuanto a las lluvias que podrían manifestarse, el director (s) de la Onemi explicó que estás "se esperan en su mayor peak hacia mediados de febrero y principalmente en el sector de San Pedro de Atacama para mediados de febrero según reportes de la Dirección de Meteorología, y con más de 12 milímetros de agua que podrían caer o más".

"Tratándose de fenómenos altiplánicos y de nubes convectivas, no sabemos, debido a la volatilidad del tiempo, cuándo precipitará esa cantidad de agua. Puede que caiga todo en un día, se concentre o parcialice. Pero para eso estamos trabajando en forma anticipada desde el nivel comunal al provincial y al regional", agregó Ramos.

Uno de los énfasis que hizo el intendente Blanco fue con el tema de la prevención "y para lo cual le hemos pedido a los distintos servicios acá presentes a que se efectúe una labor preventiva.

Por bajas pensiones adultos mayores calameños trabajan en las calles

Se las ingenian para montar negocios ambulantes para poder sobrevivir.
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Redacción

V arios son los adultos mayores que se las ingenian para tener un ingreso extra que les proporcione sobrevivir el día a día. Sus bajas pensiones y en una ciudad con precios muy altos, no es suficiente. Ellos están instalados en distintas calles de la ciudad, tratando de levantar negocios que les proporcione una estabilidad económica.

No cuesta mucho encontrarlos, ya que basta recorrer algunas calles céntricas de Calama, para encontrarlos vendiendo distintas cosas. Fue el caso de Bernardo Alquinta de 79 años, a quién hemos visto durante meses en la esquina de Vivar con Sotomayor.

Él con una sonrisa en el rostro y bajo sombra, ofrece amablemente sus productos, que consta de frutos secos hasta miel e incluso incorporó a su microemprendimiento, unos lápices que detectan billetes falsos: "Anda mucha gente aprovechándose, entregando billetes falsos hasta de 20 mil pesos", nos advierte.

Bernardo perteneció 18 años al Ejército, según él, en aquellos tiempos que no se ganaba mucho y cuando se fue a retiro comenzó a buscar trabajo en lo que fuera. "Trabajé en todo, hasta atendí mesas, nunca me quedé sin trabajar", agregó el comerciante.

Pero los años fueron sumando no solo experiencia, también problemas de salud, lo que provocó que cuando tenía por fin instalado un negocio de accesorio para vehículos, se quedó sin un peso. "Me enfermé mucho y muy grave. Tuvimos que vender todo para poder comprar los medicamentos que eran sumamente caros. Fue triste, porque me encontré sin nada y una de mis hijas finalmente me dijo el año pasado que me iba pasar una platita para yo poder montar un negocio de lo que pudiera y así fue que buscando, entré a vender nueces, almendras, pasas, etc", indicó.

Usa bastones, porque tienen en malas condiciones sus piernas, esto derivado a una enfermedad que lo atacó, la cual no la supo especificar y por el desgaste de la edad. "Me levanto temprano, vivo en calle Ecuador y de allá me vengo caminando despacito con mi carrito con frutos secos. Estoy aquí desde las 9 de la mañana hasta las 14:00 horas. Hay días buenos y días muy malos. A veces me vuelvo a la casa con solo 2 mil pesos que vendí", agregó Bernardo.

Este anciano actualmente vive una hija y una nieta. Según él, mientras tenga vida, seguirá trabajando.

Abuelita del "confort"

Avanzando algunas cuadras más, nos encontramos en calle Latorre entre Bañados Espinoza con Antofagasta a Gloria Medina de 75 años. Ella misma dijo que la conocían como la abuelita del "confort" y es porque sagradamente se instala algunas horas vendiendo paquetes de papel higiénico.

Esta adulta mayor, indicó que ha trabajado durante años, siempre vendiendo cosas y así poder costear los gastos diario. Vive con sus cuatro hijos y todos trabajan en casa, ella hace lo mismo, donde reconoce que le va muy bien. En unos minutos que logramos entrevistarla, vendió más de 15 paquetes de papel higiénico de cuatro unidades. "Estoy un rato solamente, porque el cuerpo también se cansa, pero no puedo quejarme, siempre he trabajado y seguiré haciéndolo mientras Dios me de mis manos sanas para hacerlo. Hay que vivir de algo y esto lo hago a diario, me hago mi platita y me vuelvo a mi casa. Solo pido tener hartas salud por harto tiempo más", indicó Gloria.

De forma anecdótica y con una sonrisa, cuando le preguntamos si estaba casada nos explicó: "Nunca me he casado y nunca me voy a casar, parece que esa es una de las razones por la que aún sigo sana y con las manos buenas para trabajar".

Pensiones bajas

Ambos casos siguen trabajando porque poseen pensiones muy bajas que les hace imposible vivir en Calama, ya que el costo de la vida en esta ciudad es muy alto.

"Recibo 130 mil pesos, pago el agua, la luz y un balón de gas y ahí se me fue toda la plata del mes. Entonces no me alcanza para nada más detalló Bernardo Alquinta. Gloria recibe 100 mil.

La Estrella Loa