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JAC: aeropuertos de la región perdieron más de 114 mil pasajeros durante marzo

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El resumen estadístico del transporte aéreo comercial que elabora mensualmente la Junta de Aeronáutica Civil (JAC), establece que durante marzo el Aeródromo El Loa de Calama tuvo un descenso de 62.261 pasajeros en relación a igual periodo de 2018, cifra que se traduce en una disminución de un 33%.

En el mismo informe, se detalla que el Aeropuerto Andrés Sabella de Antofagasta tuvo una baja de 52.605 personas, que representa un descenso de un 30% en comparación al año pasado. Resultados que evidencian los efectos de la emergencia sanitaria por el COVID-19, que llevó a las principales aerolíneas a cancelar la mayoría de sus operaciones.

En el detalle se especifica que El Loa sumó 130.090 pasajeros en marzo, teniendo como principal destino de los vuelos que llegaron y salieron de Calama, Santiago, con 112.330 viajeros, lo que representa el 13,3% del total Nacional; seguido de La Serena, con 8.508 personas (1,0%); Concepción, con 8.105 (1,0%); Antofagasta, con 1.060 (0,1%); Iquique, con 70; y Copiapó, con 17 pasajeros. Sumando en conjunto el 15,4% del total nacional.

Antofagasta, por su parte, totalizó 121.718 pasajeros en marzo, teniendo como principal conexión Santiago, con 96.946 viajeros, lo que representa el 11,5% del total doméstico; seguido de La Serena, con 12.336 personas (1,5%); Concepción, con 8.860 (1,0%); Calama, con 1.060 (0,1%); Temuco, con 967 (0,1%); Arica, con 886 (0,1%); Puerto Montt, con 577 (0,1%); e Iquique, con 86 pasajeros. Alcanzando en conjunto el 14,4% nacional.

En relación a los resultados del tráfico aéreo internacional, el aeródromo de Calama alcanzó 1.286 pasajeros a Lima, Perú, lo que representa el 0,2% del total nacional. Mientras que el aeropuerto de Antofagasta registró 1.339 viajeros a Lima, con un 0,3% del total. Número que implica 1.567 pasajeros menos que en igual periodo de 2019, en que viajaron 2.906 personas entre la capital regional y la capital peruana.

Mineras reducen en 7 mil 500 personas sus dotaciones por la emergencia del COVID-19

El plan de contingencia de las cuatro divisiones de Codelco, que redujo en un 30% sus contratistas y suspendió su proyecto Mina Chuquicamata Subterránea, sumado al cierre de Minera El Abra, impactan en la densidad de trabajadores.
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Redacción - La Estrella del Loa

Los planes de contingencia contra la propagación del COVID-19 que ha implementado Codelco y las cuatro divisiones que integran su Distrito Norte, sumado a la decisión de Minera El Abra de cerrar sus operaciones desde este lunes como parte del nuevo plan minero de Freeport-McMoRan; han reducido las dotaciones mineras en la zona en cerca de 7.500 personas.

Entre los esfuerzos de Codelco se considera la suspensión de las obras remanentes del proyecto Mina Chuquicamata Subterránea, informada el miércoles 25 de marzo, en práctica desde el 3 de abril y por espacio de 15 días que ya fueron extendidos.

Construcción que hoy mantiene solo personal acotado, para resguardar la seguridad de las instalaciones y los equipos. Esta medida, según detalló la cuprífera, significó la salida de al menos 2.500 contratistas de la división.

Decisión de apostar por la baja densidad dotacional que se profundizó aún más el miércoles 8 de abril, con el anunció de suspender total o parcialmente la ejecución de los servicios por parte de un 30% de sus empresas contratistas y por un periodo de 30 días prorrogables.

A las suspensiones se suma, además, la implementación del teletrabajo en todas las posiciones donde es factible y la cuarentena de todos los trabajadores que están en edad de riesgo, es decir, todos los mayores de 65 años, y los mayores de 60 con enfermedades crónicas. Estos grupos, sumado a los contratistas, totalizan cerca de otros 3 mil personas menos en las operaciones del Distrito Norte.

A ello, destacaron desde Codelco, se suma el trabajo que está realizando la estatal en la comunidad, considerando la sanitización de calles en Calama y otras localidades, la entrega de equipos a los centros de salud y la reciente difusión de conductas preventivas en alianza con el gobierno regional y El Mercurio.

Medidas drásticas

La situación de Minera El Abra es algo distinta, comenzó con un plan de contingencia contra el COVID-19 en que también estableció teletrabajo y cuarentena para trabajadores en edad y condición de mayor riesgo, entre muchas otras medidas, para anunciar luego, el martes 31 de marzo, la suspensión indefinida de la construcción del proyecto Sulfolix Fase II y la salida de las empresas contratistas, al menos ocho, involucradas en la obra.

La empresa explicó que la medida se tomó en respuesta a la disrupción en el sistema de transportes, que había dificultado el desplazamiento de los trabajadores contratistas hacia y desde la faena tanto por vía aérea como terrestre. El lunes 27 de abril, en tanto, y en línea con lo había anunciado Freeport-McMoRan el viernes 24 de abril, se comenzó a implementar un nuevo plan minero en la cuprera, que se tradujo en la desvinculación de 275 personas, y el cierre temporal de las operaciones hasta el miércoles 6 de abril. Minera que según los datos de 2018 del Consejo Minero, estaba integrada por 1.070 trabajadores propios, y 1.059 contratistas. La decisión, que pasa por la disminución en un 40% del procesamiento de mineral pasando de 110 mil a 65 mil toneladas diarias, "se fundamenta en una caída en el precio del cobre", explicaron desde la empresa.

La prevención se sigue reforzando

En el Distrito Norte de Codelco las medidas siguen reforzándose para evitar nuevos contagios, considerando las prácticas básicas de higiene, el uso al 50% de los transportes, la distancia social, la sanitización de espacios comunes, el uso de respiradores y mascarillas, la encuesta preventiva, entre otras iniciativas. Los túneles sanitizadores que se estaban utilizando al ingreso de los trabajadores propios y colaboradores, en tanto, quedaron suspendidos hasta contar con mayores antecedentes y la definición de la autoridad que respalde su uso y aplicación.