la cocina de don tinto
Alimentación, héroes y hambre
Para llevar a cabo actos tan simples como tomar desayuno o almorzar en nuestras casas, muchos de los alimentos que consumimos deben ser trasladados desde sus lugares de origen hasta nuestras mesas. En este proceso están involucrados agricultores, obreros, transportistas y vendedores. Todo ellos son, según cuenta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) los héroes de la alimentación. Y justamente a ellos se homenajea en el Día Mundial de la Alimentación, que se viene conmemorando desde 1979 y que tiene como objetivo "concientizar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza".
Además este año, con millones de los habitantes del planeta afectados por la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus, el hambre está más cerca que nunca. Sólo en Santiago hay cientos de ollas comunes funcionando y las imágenes de comedores solidarios y bancos de alimentos que se han organizado para ayudar a las personas que en estos momentos no pueden costearse al menos un plato de comida al día llegan desde distintas partes del mundo. Y lo peor de todo es que mientras eso pasa, probablemente en esos mismos lugares hay comida que se desperdicia, que simplemente le sobra a otras personas.
Por eso es que uno de los mensajes más fuertes para este año en el Día Mundial de la Alimentación es respetar el medio ambiente y los alimentos, justamente evitando el desperdicio de los mismos.
No es fácil, pero como siempre la primera acción debe partir por casa, aprovechando al máximo lo que tenemos. Como es el caso de la receta de hoy, que recoge cosas que siempre tenemos a mano y que muchas veces se pueden terminar perdiendo.
por Álvaro Peralta / @dontinto