Estimado director:
Ya pasó Navidad, sin embargo, creo que aún podemos y es necesario hacer la siguiente reflexión.
Después de más de 2000 años, cada 24 de diciembre el pueblo cristiano conmemora el nacimiento de un ser que marcó la historia de la humanidad. Para aquellos que viven el don de la Fe cristiana, la Navidad es eso, un día maravilloso en el que se celebra con ansias el nacimiento de nuestro señor Jesucristo.
En señal de este nacimiento nuestros amigos y familiares nos hacemos regalos que simbolizan la nueva vida y el nuevo pacto de Dios padre con la humanidad. El nacimiento de Jesús en un pesebre representa por lo tanto, esperanza, aquello que tanto necesitamos hoy en día.
Al finalizar este año tan extraño, quisiera desear a cada una de las personas de mi querida ciudad de Antofagasta, que la estrellita de Belén que iluminó aquel pesebre ilumine vuestros hogares y corazones. Que ilumine y lleve consuelo los hogares que se han sumido en la tristeza de perder un ser amado, e ilumine los corazones de aquellos en los que se ha apagado el amor. Ese amor que tanto necesitamos, ese que va más allá de lo conocido, ese amor que permite amar incluso al que me agrede. De eso se trata el amor. Dios les bendiga.
Con mucho amor, de parte de un nortino de corazón.
Luis Gastón Pastén