Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Servicios
  • Clasificados
  • Pasatiempos
  • Estrellas

"Arriba del Escenario": el libro chileno que reconstruye los megaconciertos

En plena pandemia, las periodistas Claudia Montecinos y Javiera Calderón presentan una investigación de seis años que explica cómo se configuró la industria de los megaeventos musicales en el país, de Rod Stewart a los masivos.
E-mail Compartir

Ignacio Silva

Hasta antes de la pandemia, la rutina habitual de Claudia Montecinos y Javiera Calderón contemplaba ir a conciertos.

"Todas las semanas íbamos al menos a un megaconcierto, tocata o pequeño recital en bares", precisan las periodistas, ambas compañeras de la Universidad de Chile.

Fue esa cercanía con los eventos lo que motivó algunas preguntas básicas ("queríamos saber quiénes estaban detrás de estas mega producciones, por qué las entradas eran tan caras, cómo se gestiona un evento", dicen) que luego se transformaron en el tema de la memoria de título de ambas, en 2015.

Seis años después la dupla presenta su investigación en "Arriba del Escenario" (RiL, $16.000), el primer libro sobre la industria de los megaconciertos en Chile que recorre los éxitos y fracasos de los 30 años de un área potenciada tras el fin de la dictadura y que hasta antes del coronavirus vivía días de apogeo.

"Es extraño lanzar el libro ahora, porque hablamos de una experiencia que hoy no podemos tener, pero al mismo tiempo es un buen momento para recordar esos hitos que nos marcaron y que añoramos, y revivir la experiencia de la música en vivo", explican las autoras sobre el contexto en el que presentan el trabajo (@arribadelescenario en Instagram). "Pero salió ahora porque fue un proceso largo, de muchos años en los que hicimos alrededor de 40 entrevistas y leímos muchos archivos de prensa de la época, para reconstruir esta historia".

Además de revivir y entregar detalles poco conocidos de eventos a estas alturas míticos como la pionera visita de Rod Stewart, la arriesgada producción de Rock in Chile -el primer gran festival local con figuras como David Bowie y Eric Clapton-, festivales como Lollapalooza o el recordado concierto de Amnistía Internacional, el libro analiza otras temáticas como el costo de los tickets en el país o el rol de las marcas en los eventos.

También funciona como un mapa de la industria; una suerte de quién es quién de un mundo que tiende a ser más bien hermético.

"Al comenzar la investigación nos dimos cuenta de lo difícil que iba a ser este tema, pero nos motivó porque no se había escrito algo sobre los conciertos en formato libro", dicen las periodistas. "Prácticamente no había bibliografía, pero en el camino pudimos relacionar eventos entre sí y sacar una reflexión. En general, muchos de los personajes que participaron al comienzo de la industria ya no estaban haciendo conciertos, entonces eso nos llevó a reconstruir la historia a través de perspectivas de personas que sí pudieron conocer a estos personajes".

-Al comienzo del libro mencionan que no pudieron hablar con algunos productores. ¿Cuáles fueron las principales dificultades a las que se enfrentaron en este trabajo?

-La industria de los megaconciertos es un entorno muy hermético, así que fue complejo hablar con los productores. Al investigar sobre la industria en otros países nos dimos cuenta que la prensa sí cubre temas respecto al modo de funcionamiento e incluso ganancias, y las productoras entregan esa información, por ejemplo, en Estados Unidos, algo que jamás ocurriría en Chile.

-¿Dirían que hay una característica que diferencia la industria de Chile de la de otros países?

-La industria de los megaconciertos tiene la particularidad de ser muy centralista, todo pasa en Santiago y poco se apuesta por las regiones, todavía hay un nicho que no se ha explotado, pero que viene de la mano con que Chile está centralizado. En otros países de Latinoamérica, como México o Brasil, al ser tan grandes, se pueden fijar muchas fechas y en distintas ciudades. En el caso de Chile es un evento, pero un evento que se sabe que le irá bien, porque la gente está dispuesta a pagar grandes sumas de dinero.

-Según su experiencia, ¿cuánto creen que va a cambiar esta industria tras el coronavirus? ¿Ven muy negativo el futuro?

-Mientras Chile no controle la pandemia es complejo que vuelvan los conciertos como los vivíamos antes, pero cuando se liberen las restricciones y podamos asistir a eventos algunas condiciones van a tener que cambiar y adaptarse a esta "nueva normalidad". Mientras Brasil y Argentina no vuelvan a permitir conciertos, es difícil que grandes artistas lleguen a Santiago, porque esos músicos requieren hacer varios shows en distintas ciudades de la región. Por eso la industria se debería volcar hacia lo local. Esa es una muy buena oportunidad para los músicos chilenos, que han sido dejados de lado por esta industria. Además, tendrán que primar los conciertos al aire libre, en parques y estadios, por lo que tampoco se podrían hacer muchos eventos en invierno. Se vienen muchos cambios, pero también oportunidades para innovar y experimentar con nuevos formatos y formas de relacionarse con la música en vivo. Es interesante, porque como humanos necesitamos esta expresión cultural, que nos vincula con las emociones y entabla una comunidad durante las horas que dura un concierto, así que la música en vivo no va a morir.

"Mientras Brasil y Argentina no vuelvan a permitir conciertos, es difícil que grandes artistas lleguen a Santiago".

Claudia Montecinos y Javiera Calderón.