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Estas son las tres claves para motivar a los niños en las clases remotas

Según cifras del Ministerio de Educación, casi 40 mil estudiantes no se matricularon en ningún establecimiento este año. Ante el contexto, una especialista dice que ellos "son una esponja que absorbe todo lo que los rodea".
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Ignacio Silva

Junto a la emergencia sanitaria, el coronavirus desató varias problemáticas de las que no se tuvo total conciencia hasta cumplido un año de pandemia.

Una de ellas es la deserción escolar: según datos entregados por el Ministerio de Educación, para el inicio del año escolar 2021 casi 40 mil estudiantes no se matricularon en ningún establecimiento, configurándose una cifra que preocupa y despierta análisis sobre las consecuencias que ha traído el contexto en la educación básica y secundaria.

"Las cifras de abandono son realmente preocupantes, pero debemos hacer hincapié en las razones más que en los números", advierte Macarena Santana, Directora General y Fundadora de +Meaning, proyecto chileno que busca potenciar el rol de los apoderados como agentes activos en la educación de sus hijos.

Para la especialista, justamente uno de los grandes motivos tras el nivel de deserción tiene relación con los tutores. "Hemos visto casos de apoderados de escuelas vulnerables que nos preguntan cuál es el valor de la educación. Algunos no comprenden la importancia y por ende, no existe motivación de su parte hacia los niños", explica.

Fuera de ese factor, en su análisis Santana advierte cuatro principales áreas que afectan en la motivación de los estudiantes.

"Nosotras trabajamos directamente con EMELab (Educación, Motivación, Equidad) UC y hemos podido identificar estas áreas. La primera es el propósito, que los estudiantes entiendan por qué están estudiando. Luego viene la mentalidad de crecimiento, que tiene que ver con tener claras las capacidades que pueden desarrollar", explica la fundadora de +Meaning. "Otro punto es el sentido de pertenencia, que se sientan valorados por sus compañeros y por su comunidad; y el cuarto es la capacidad de autogestión o la capacidad de autorregularse y las rutinas que se logran en cada ecosistema escolar".

Precisamente son estos dos últimos puntos los que se han visto más afectados con las clases remotas y la imposibilidad de concurrir a clases en las escuelas. "A eso hay que sumar la brecha tecnológica y de conectividad que hemos evidenciado y que juega un rol importante. La pandemia nos ha recrudecido varias realidades, y frente a eso los niños son una esponja que absorbe todo lo que los rodea, entonces resulta indispensable motivarlos de manera correcta.", apunta la especialista.

Pertenencia

Desde el inicio de las clases remotas se ha hecho evidente el esfuerzo de los profesores por adaptarse al contexto con las posibilidades y limitaciones que entrega la tecnología.

Macarena Santana es consciente de eso, pero advierte que además de los docentes es primordial el rol de la familia en la adaptación de los alumnos.

"La familia debe leer, involucrarse y ser parte también de esta comunidad escolar. Ya no son sólo los profesores y los alumnos, pasa a ser un trabajo en equipo constante", destaca la especialista.

En ese sentido, explica que hay tres claves o consejos que los apoderados pueden seguir para motivar a los niños y jóvenes ante las clases en pandemia. El primero de ellos tiene relación simplemente con felicitar al estudiante.

"Felicitar de manera efectiva puede potenciar su seguridad personal y su aprendizaje. Una de las características de una felicitación efectiva es que debe explicarse un por qué. No es bueno felicitar cosas generales, porque no sabrá que repetir", explica Santana. "No basta solo con decirle: "Muy bien hecho", sino que debes justificar tu comentario, ser concreto y aclarar cuál es la conducta que estás felicitando. Así el estudiante sabrá qué repetir. Es un gusto felicitar, pero puede ser un arma de doble filo si no se realiza de la manera correcta".

La segunda clave se relaciona con las equivocaciones. "Es celebrar los propios errores como oportunidades de aprendizaje", dice la especialista. "Los niños, niñas y adolescentes están siempre observando, por lo que es importante celebrar los propios errores. De esta forma ellos podrán pensar que es bueno equivocarse y aprenderán que el mejor maestro es el último error".

La importancia de esto, comenta, es que los errores son la mejor fuente de aprendizaje si se tiene la capacidad para ser aprovechados. "Es necesario motivar a los más pequeños a aprovechar los errores como una oportunidad para aprender, así nunca dejarán de hacerlo", puntualiza.

¿El último consejo? Acompañar las exigencias con altas expectativas. "Por ejemplo, cuando se quiera que el estudiante corrija una tarea difícil o se enfrente a un desafío, es mejor decir "te pido que hagas esto, que yo sé que es difícil para ti, porque sé que tú puedes hacerlo"", explica la Directora General de +Meaning. "Las tareas difíciles pueden debilitar la autoestima de los estudiantes. Tener altas expectativas significa creer que niños, niñas y jóvenes son capaces de llegar muy lejos. Mientras sus adultos cercanos crean que pueden llegar más lejos, más confianza tendrán en que son capaces de hacerlo".

"La familia debe leer, involucrarse y ser parte. Ya no son sólo los profesores y los alumnos, es un trabajo en equipo".

Macarena Santana, directora +Meaning