Balneario municipal
Señor director:
El pasado 11 de diciembre, el Balneario Municipal de Antofagasta cumplió un siglo de existencia, desde aquel antiguo varadero de lanchones maulinos que prestaban servicios a la antigua poza, actual caleta.
Los tradicionales Baños Municipales fueron inaugurados al son de una presentación de la banda de música del Regimiento Exploradores y de una competencia de natación apta solo para valientes, que dio por ganador al joven Luis Armando Polanco. Su costo ascendió a dos mil libras esterlinas, fruto del empréstito solicitado a Inglaterra por el entonces alcalde Maximiliano Poblete.
A partir de 1934 y bajo la administración del edil Humberto de Ramón, llegó la habilitación del malecón y la puntilla con su legendaria cimbra. Tres años después vino el edificio del Casino, de la mano del arquitecto Jorge Tarbuskovic, y a fines de los '50 el complejo de las torpederas y galería ondulante, de la mano de Ricardo Pulgar San Martín.
En 2001 vino su transformación más radical que acabó con la división de las pozas y la unificó en una sola. También se dijo adiós a la tradicional cimbra de la puntilla.
En 2013 vino su última transformación, incorporando sombrillas y mejorando el área peatonal, con la instalación de baldosas.
Felipe Andrés Troncoso Ossandón