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¿Por qué será necesaria una nueva dosis contra el SARS-CoV-2?

El Minsal anunció que en febrero iniciará un nuevo proceso de inoculación. Ante esto, el director del Laboratorio de Virología de la UA, Christian Muñoz, explica que esto se debe a la circulación de todo el año del virus y sus variantes.
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Ricardo Muñoz Espinoza

Fue el jueves, en medio de las compras de la comunidad en vísperas de la Nochebuena, que el ministro de Salud, Enrique Paris, confirmó que a partir de febrero comenzará el proceso de una cuarta vacunación contra el virus SARS-Cov-2 y que es causante de la enfermedad por Covid-19.

Más que una cuarta dosis, todo indica que este nuevo refuerzo contra el coronavirus se trataría de la primera del esquema del año 2022, debido a que se estima que la inoculación sería de forma anual cada seis meses, programa que ya analiza el Minsal. ¿Pero por qué sería necesaria una nueva dosis? ¿Es común vacunarse reiteradamente contra un patógeno en cortos periodos de tiempo?

Tal como lo señaló en aquella oportunidad Paris y de acuerdo a los datos que monitorea el Minsal respecto a la campaña de vacunación y cuyos estudios son liderados por el epidemiólogo asesor, doctor Rafael Araos, "demuestran que hay una caída en la tasa de anticuerpos; no así en las células, en los linfocitos que son los encargados de producir anticuerpos. Es decir, existe una memoria (celular) que puede ser estimulada por un nuevo 'booster' o un nuevo reforzamiento", al menos hasta la aparición de vacunas de larga duración.

El proceso se basa en que el SARS-CoV-2 es un virus nuevo, por lo que el sistema inmunológico debe continuar en entrenamiento para hacer frente y así no desarrollar la enfermedad de forma más grave, teniendo en cuenta además de la reciente aparición de la mutación Ómicron, la que a tres semanas del primer caso en Chile, ya suma más de 130 y se convirtió en la variante que más rápidamente se propagó en el país, desplazando a Delta.

El anuncio es bien visto por el director del Laboratorio de Virología Molecular de la Universidad de Antofagasta (UA), doctor Christian Muñoz, quien afirma que "habíamos mencionado anteriormente que, al igual como ocurre con la influenza, nosotros vamos a necesitar una vacunación anual contra el SARS-CoV-2, porque éste es un virus que llegó para quedarse y año a año, o menos de un año en realidad, podemos pensar que van a ir surgiendo nuevas variantes, se van a necesitar más refuerzos y que básicamente va a corresponder a vacunación anual que en algún momento el Minsal en conjunto con los especialistas van a tener que definir cuál va su ser la temporalidad".

Chile tiene un historial exitoso de vacunación y debido a esas campañas en 1950 fue posible erradicar la viruela, en 1975 la poliomelitis y en 1992 eliminar el sarampión.

En el caso de vacunación en un corto periodo de tiempo lo cierto es que es una práctica habitual para en refuerzo del sistema inmune si así se requiere. El ejemplo más evidente es en los lactantes y la campaña de inmunización del Minsal. Apenas los bebés nacen reciben dosis contra enfermedades invasoras por tuberculosis y la hepatitis B.

Siguiendo con el Programa Nacional de Inmunizaciones, hasta los seis meses el menor habrá recibido la hexavalente, es decir una vacuna contra seis agentes infecciosos distintos: hepatitis B, difteria, tétanos, tos convulsiva, enfermedades invasoras por influenza tipo B y poliomelitis, mientras que en el caso de los prematuros se agrega la dosis neumocócica.

Ya al año de vida el lactante es inoculado con la vacuna tres vírica: sarampión, rubeóla y parotiditis, además de otra que es para enfrentar enfermedades invasoras por meningitis y la neumocócica conjugada. La diferencia, apuntan los científicos, es la alta propagación que tiene el SARS-CoV-2, muchísimo mayor que la influenza humana (que también está cubierta en el plan de vacunación), lo que desde el comienzo de la pandemia obligó al uso de la mascarillas y se extiende hasta la actualidad, pese al avance de la inmunización.

"Como es un virus que cambia bastante con la aparición de sus variantes (lo cual es mucho más factible en poblaciones con bajo nivel de vacunación) el sistema inmune tiene que reentrenarse con respecto de estas nuevas mutaciones, como por ejemplo ya sabe que con respecto para Ómicron hay reportes que indican que es capaz de evadir el sistema inmune, específicamente la neutralización de los anticuerpos que produce el organismo para poder combatirlos (linfocitos T). Entonces, es prudente generar un nuevo calendario de vacunación y nuevas vacunas con nuevas formulaciones dirigidas contra estas variantes para mantener el sistema inmune preparado", agrega el doctor Muñoz.

Una de las preocupaciones más comunes en torno al uso de las vacunas en la comunidad es -al igual como con varios medicamentos- la aparición de efectos adversos, los que podrían ocurrir pero en casos extremadamente raros aquellos considerados de gravedad. Muñoz agrega que de todas formas aquellos que presenten síntomas tras la inoculación, su malestar "no se compara con una infección real, que es más compleja".