Chofer iracundo
Señor director:
El martes 25 de enero, a las 7:45 horas, al tomar el taxibús línea 108 patente LTZR-54, en Avenida Pedro Aguirre Cerda, y pese a ser adulto mayor y haber pagado pasaje completo ($600), el conductor hizo una brusca partida y gracias a Dios tuve tino de afirmarme y así evitar una eventual caída. Le hice notar la situación y respondió molesto que sí, que está apurado.
Durante el trayecto trató de acelerar al máximo y en uno de los semáforos pasó hasta con luz roja. Al enfrentar señalizaciones con varios vehículos por delante se enfureció y lanzó garabatos sin importarle que entre los pasajeros también viajaban damas y niños.
Lo peor vino cuando los pasajeros tocaban el timbre para bajarse y es ahí sin ningún pudor gritó ¡Con...! y golpeó el volante. Esta situación se repitió en varios paraderos.
Al bajar en el Hospital Regional (8:06 horas) junto con otra persona le dijimos que se calmara para que terminara bien su jornada.
Indudablemente ese conductor está más que estresado, ya sea por pandemia, por los horarios o por otros problemas, pero debe tener conciencia que como usuarios nos merecemos algún respeto y sobre todo en esa línea tan importante para adultos mayores que nos permite llegar hasta la misma puerta del Hospital.
Desconozco cómo es el procedimiento para tomar el servicio del recorrido, pero alguien debería controlar el estado físico y mental de cada conductor al iniciar el servicio.
Muchas gracias.
Raúl Galleguillos Carrizo
Amigos
Señor director:
Es habitual que en los lugares de trabajo se generen vínculos de amistad. Allí nacen los compadrazgos y los amigos casi hermanos. Sin embargo, y lamentablemente, cuando se cae en desgracia y se pierde el trabajo por diferentes motivos, ese amigo inseparable y compadre, se transforma en un ser totalmente opuesto. Evade cualquier contacto y si lo hay es frío e indiferente. Ya no es el asiduo visitante de fin de semana ni el amigo confidente de las aventuras y correrías que los unía. Para muchos el perder un trabajo o categoría, es como tener el covid-19, todos se alejan y usan la mascarilla de la indiferencia.
Jorge Valenzuela Araya