Deportes - La Estrella

LeBron James escribió otra vez su nombre en la historia grande de la NBA durante el duelo entre Los Angeles Lakers y Golden State Warriors. Con un triple durante los primeros minutos del tercer cuarto, la estrella de 37 años superó el registro del mítico Kareem Abdul-Jabbar y se convirtió en el máximo anotador de la liga entre fase regular y playoffs.

En la derrota 115-117 en el Chase Center de San Francisco, "King" James terminó con una estadística de 26 encestados a lo largo de sus 38 minutos en cancha para completar la jornada con 44.157 puntos entre fase regular y playoffs, lo que le permitió desbancar a Kareem de la cima, quien ostentaba 44.149.

James también sumó 15 rebotes y 8 asistencias, aunque su presentación tuvo un sabor amargo porque falló desde la línea de libres lanzamientos claves con apenas 2 segundos en el reloj del último cuarto. Sus anotaciones hubiesen significado empujar el duelo al tiempo extra.

El ex Cleveland Cavaliers y Miami Heat, dueño de cuatro títulos NBA, todavía debe avanzar a paso firme para arrebatarle otro récord a Kareem Abdul-Jabbar: máximo anotador contando sólo la fase regular. El legendario jugador que brilló en Milwaukee Bucks y Los Angeles Lakers, que estuvo en las canchas entre fines de los 60 y hasta fines de los 80, contabilizó 38.387 puntos en fase regular. LeBron aún está a casi dos mil puntos de ese registro.

El listado que lidera ahora James tiene nombres de peso como los de Michael Jordan, Kobe Bryant, Karl Malone, Wilt Chamberlain o Shaquille O'Neal.

El duelo ante los Warriors -que tuvo a Klay Thompson como máximo anotador con 33 puntos- significó un nuevo tropiezo para los Lakers que están ubicados en el 9° puesto de la Conferencia Oeste y corren riesgos a esta altura de no poder dar batalla para llegar a los playoffs. Con 26 triunfos y 31 derrotas, los de James pelean con Portland Trail Blazers (23-34), New Orleans Pelicans (22-34) y San Antonio Spurs (22-35). Golden State tiene el segundo mejor historial de la zona con 42 victorias y 15 caídas detrás de los imbatibles Phoenix Suns (46-10).

El chileno Sammis Reyes, jugador de Washington Commanders y primer chileno en la NFL, conversó con el diario El Mercurio sobre su experiencia como deportista y sus prioridades en el deporte.

"Lo primero siempre va a ser lo que me llevó a estar donde estoy ahora: mi constancia y trabajo duro. Yo no muevo un dedo para nada si no entreno primero. La carrera del deportista es muy corta y no voy a perder esta tremenda oportunidad para grabar un comercial", dijo, entendiendo que si tiene tiempo, igualmente podrá sumar recursos con publicidad, como lo hace con Pepsi.

Respecto a su primer año en el fútbol americano de Estados Unidos, el nacional considera que fue de gran aprendizaje. "Avancé muchísimo, fue muy positivo. Tengo dos años más de contrato y quiero hacer lo mejor posible para representarme no solo a mí, también a Chile y Latinoamérica", agregó.

Pese a que su equipo no jugó el Super Bowl (ayer), Sammis se unió como comentarista para la cadena Telemundo, representando a la comunidad latinoamericana en Estados Unidos.

Chelsea se proclamó campeón del Mundial de Clubes tras vencer 2-1 en tiempo extra a Palmeiras en el Estadio "Mohammed Bin Zayed", Emiratos Árabes.

Los brasileños sorprendieron y por grandes pasajes del partido dominaron a su rival, pero en uno de las pocas ocasiones que tuvo el belga Romelu Lukaku adelantó a los ingleses con un potente cabezazo en los 55'.

Poco después, Thiago Silva cometió un penal tras despejar el balón con la mano. Raphael Veiga asumió la responsabilidad e igualó las acciones en los 64'.

Con el empate final, se fueron a tiempo extra, donde los ingleses estuvieron más certeros y marcaron el gol del triunfo tras una nueva pena máxima por una mano de Luan.

Tal como en la final de la Champions League, el alemán Kai Havertz (117') se encargó de definir el partido y le dio la victoria a Chelsea, que sumó su primer Mundial de Clubes, tras caer en la definición de 2012 frente a Corinthians.

Precisamente ese año fue el último equipo de Conmebol en quedarse con el trofeo, dando paso a una amplia hegemonía de los clubes europeos.