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Lerner envió un mensaje al diario Tampa Bay Times de Florida, el 19 de mayo de 1940, que simplemente decía: "The waters of Tocopilla are a fisherman's paradise!" ("Las aguas de Tocopilla son un paraíso para el pescador"). Y esta sentencia que nace de La Monte es repetida por el pescador norteamericano, como una etiqueta del "paraíso", que se extendió rápidamente por esas latitudes.
Al respecto el autor indica, "por eso este libro hace énfasis en el espectáculo de ver al animal saltando, al espectáculo de cazarlo, al espectáculo de colgar al animal, luego fotografiarlo, y que esa fotografía circulara […] Y así se fue construyendo un archivo de una ciudad que como te contaba al principio fue conocida como tal, como el paraíso de los pescadores por la abundancia, por los tamaños de las especies, y que todo eso constituyó una memoria histórica que hace que se pueda construir una historia desde afuera. Desde fuentes extranjeras que abordan la memoria de un territorio".
Investigación
El libro que a razón de la pandemia aún no ha sido lanzado oficialmente, cuenta con una versión digital con la que es posible disfrutar de sus relatos de manera gratuita, pero quienes estén interesados en adquirir la versión en papel tiene que comunicarse con la Subdirección de Investigación (en Santiago) del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, para que ellos gestionen el envío. Para descargarlo basta escribir el nombre del libro en el buscador de Google.
Para la recolección de documentos como las imágenes cedidas de su archivo personal, que en parte usted puede disfrutar en esta nota, Damir las realizó con fuentes estadounidenses en el marco de una visita a Nueva York. "Pude rescatar una serie de archivos sobre un proceso muy singular que se vivió en cuanto a la caza deportiva de la albacora, que se inaugura el año 33 en Tocopilla y abarca hasta el año 42, cuando por efecto de la Segunda Guerra Mundial dejó de haber flujo de pescadores que vinieron […]", explica.
"La frase de Tocopilla es el paraíso para los pescadores tiene que ver con la gran cantidad de especies que habían. La singularidad también estaba dada por el tamaño del pez espada (popularmente conocido como albacora)".
Museo de historia
Francesca La Monte, quien fue curadora asistente en el American Museum of Natural History (Museo Americano de Historia Natural) de Nueva York entre 1920 y 1962, trajo una comisión del museo noyorkino para conocer la costa tocopillana, y poder estudiar las migraciones de las albacoras a través de su estomago, como el análisis de parásitos que tenían, o para conocer la movilidad de dichos peces.
"Pero todo esto fue en el marco del espectáculo que significaba la caza de la albacora, en el sentido de que ver a un animal nadando a alta velocidad, y verlo saltar en el mar, eso ya constituía simplemente un espectáculo. Y luego el espectáculo de la caza, de cosificar al animal, de colgarlo, y cómo en base a eso construir un archivo, construir una fotografía, un relato, que después daba la vuelta al mundo, y especialmente en Estados Unidos, que hizo que Tocopilla tuviera una notoriedad internacional", concluye el divulgador en el encuentro con La Estrella.
El libro "Tocopilla es un Paraíso para los Pescadores" (2021); Espectáculo, fama y archivo de la caza deportiva de la albacora (1933-1942), abarca este fenómeno distintivo entre la pesca deportiva y la pesca artesanal, contando las historias de hombres y mujeres vinculados a la industria del cobre y el salitre, que construyeron una identidad cultural de Tocopilla en el marco de un tipo de extractivismo que lideraron los pescadores de la elite mundial.
"Así se fue construyendo un archivo de una ciudad que, como te contaba al principio, fue conocida como tal, como el paraíso de los pescadores por la abundancia, por los tamaños de las especies, y que todo eso constituyó una memoria histórica
Damir Galaz-Mandakovic,, autor del libro Tocopilla es un paraíso para los pescadores