Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Servicios
  • Clasificados
  • Pasatiempos
  • Estrellas
  • Contraportada

Condenan a cuatro años de presidio a exmilitar por el delito de tortura

En abril de 2020, el condenado trasladó a ocho detenidos por no cumplir el toque de queda hasta Chiu Chiu, donde los amenazó y luego abandonó.
E-mail Compartir

En fallo unánime el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Calama condenó al exmilitar J.C.M. a la pena de cuatro años de presidio efectivo, en calidad de autor del delito consumado de tortura. Ilícito perpetrado en abril de 2020, en la ruta que conduce a Chiu Chiu. En la causa se decretó además, la absolución de otros cuatro efectivos a quienes se les atribuía coautoría.

Los hechos, que acreditó el tribunal, ocurrieron entre las 22:30 y 23:30 horas del 17 de abril de 2020, cuando la patrulla del Ejército de Chile a cargo del comandante de escuadra de la Primera Sección de Calama, y conformada además, por seis funcionarios, entre ellos el dondenado, procedió a la detención de ocho civiles por no respetar el toque de queda.

Los detenidos fueron subidos a la fuerza al camión institucional por el personal militar y ubicados en el piso del vehículo en posición de semiflexión, debiendo mantener sus manos en la cabeza y la mirada gacha, siendo posteriormente trasladados a la Primera Comisaría de Calama. En el trayecto, los detenidos mantuvieron la posición indicada, siendo advertidos por algunos de los funcionarios que se desplazaban con ellos, que debían mantener la mirada hacia el piso o en caso contrario serían golpeados.

Al llegar a la comisaría, los civiles descendieron del camión y debieron esperar en el lugar cerca de una hora para ser ingresados, sin embargo, debido a que uno de los detenidos se encontraba tosiendo, el carabinero a cargo solicitó al cabo primero que llevara a los detenidos a constatar lesiones al hospital para poder ingresarlos a la comisaría.

En vista de lo anterior, el comandante de escuadra, ordenó a su subordinado, el cabo primero J.C.M., que trasladara a los civiles a constatar lesiones al hospital Carlos Cisternas y que luego los 'dejara por ahí'. Acatando dicha orden, J.C.M. en su calidad de conductor del vehículo militar, ordenó a los restantes integrantes de la patrulla que subieran a los detenidos individualizados al camión, luego de lo cual los trasladó por cerca de 25 minutos hasta llegar a un sector indeterminado de la ruta que une Calama con Chiu Chiu, en donde se desvió unos 600 metros hacia el interior del desierto.

En el trayecto, los detenidos iban sentados en el piso del camión, con sus manos en la cabeza, siendo molestados, agredidos y amenazados por algunos de los funcionarios que iban junto a ellos en la parte posterior del camión, quienes les señalaban que debían mirar al piso en todo momento y que si miraban hacia arriba serían golpeados.

Amenazados

Al detenerse el camión, los funcionarios de la patrulla, por orden de J.C.M., desembarcaron forzadamente a los civiles, los posicionaron delante del camión, que tenía las luces encendidas, quedando dichos miembros del Ejército detrás de los detenidos, y les entregaron sus teléfonos. Acto seguido, J.C.M. informó a los detenidos que tenía tiros en su arma de servicio, para inmediatamente después empezar a "contarles tiempos", al término del cual los detenidos debían "desaparecer".

Al mismo tiempo que simulaba la preparación de su arma de fuego, generando un ruido que fue escuchado por los civiles, quienes asustados por la amenaza, corrieron del lugar en diversas direcciones. Sucedido esto, el personal militar abordó el camión y se retiró rumbo a la primera comisaría de Calama, dejando abandonadas a las víctimas a su suerte en el frío y la noche del desierto.

Encontrados

Después de que los militares desaparecieron, los civiles caminaron en la oscuridad, desorientados y en ese contexto uno de los detenidos utilizó su teléfono y se comunicó con su hermana, a quien le informó lo sucedido y luego le compartió su ubicación.

Con esta información, la hermana se comunicó con su madre, quien preocupada, concurrió a la Primera Comisaría y denunció lo sucedido e iniciándose entonces un procedimiento de búsqueda por personal de Carabineros. Fue así que alrededor de las 05.30 horas, los civiles fueron finalmente encontrados cerca de la ruta a Chiu Chiu, en el sector denominado Las Marmoleras, ubicado a 7 kilómetros de la ciudad de Calama, junto a otras siete personas que también indicaban haber sido abandonados por personal del ejército en el desierto.

Fallo

En su fallo, el Tribunal especificó que cuando sucedieron los hechos descritos "los acusados en su condición de funcionarios y miembros del Ejército de Chile se encontraban desplegados en cumplimiento de lo ordenado por el mando y por ende los hechos ocurrieron en un acto determinado del servicio, además de encontrarse el país bajo un Estado de Excepción Constitucional".

Redacción

La Estrella del Loa

Indagan hallazgo de un cuerpo en las inmediaciones de La Cascada

E-mail Compartir

Detectives de la Brigada de Investigación Criminal (Bicrim) de la Policía de Investigaciones de Calama indagan el hallazgo de un cuerpo sin vida en las inmediaciones del sector de La Cascada, el cual fue encontrado cerca del camino que llega a ese punto turístico de la ciudad.

Información preliminar da cuenta de que el cuerpo habría sido encontrado por residentes del sector, a metros de la vía que llega hasta La Cascada, y que desde la mañana de ayer habría sido visto por deportistas que llegan al sector en bicicleta, dando aviso en primera instancia a Carabineros, quienes debieron establecer un perímetro en el sitio donde quedó, y tras lo cual el Ministerio Público ordenó que fuera la Bicrim y el Laboratorio de Criminalística de la Policía de Investigaciones las que iniciaran las diligencias para establecer la identidad y también el contexto del hallazgo del cadáver.

Tras el hallazgo circularon una serie de hipótesis sobre el cuerpo encontrado. Una de ellas trata sobre la posibilidad de que se trate de un deportista que habría sido atacado por una jauría de perros asilvestrados, de los cuales hay muchos en el sector, y que le habrían causado la muerte a la persona cuyos restos aparecieron a unos treinta metros de la vía.

Dentro de las indagatorias que efectuaron los equipos de la PDI, en primera instancia se buscó determinar la acción de terceras personas en la muerte investigada.