Idiomas

Señor director:

En oportunidades pasadas ya había sugerido la necesidad de hacer cursos de idiomas al personal de las instituciones que están más en contacto con el público.

Los guardias de seguridad, vigilantes privados y carabineros se han transformado en verdaderos y potenciales guías e informantes, tanto para los turistas nacionales como para los extranjeros.

Generalmente estas personas acuden al personal señalado con el fin de obtener alguna información relacionada con lugares de interés. Con el hablante español no hay mayor problema de comunicación, pero la situación se complica cuando el turista no habla castellano. Pequeños detalles como el expuesto, forman parte del currículum de un país y lo llevan ha desarrollarse culturalmente.

Jorge Valenzuela Araya

Ley de salud mental

Hablar de salud mental hoy es trascender espacios. Es ir más allá de su abordaje o diagnóstico profesional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea que la salud mental se refiere a necesidades humanas, relacionadas y vinculadas, a un estado de físico, mental y social, que permita ejecutar las actividades cotidianas, la productividad y que pueda generar contribuciones en la comunidad. Hoy hay una noción de justicia social vinculada a los Derechos Humanos, con la finalidad de disminuir los prejuicios relacionados a las enfermedades mentales o discapacidades. Debemos alejarnos de concepciones fundamentadas en el prejuicio, estigma y discriminación que son generadoras de barreras que impiden a la persona encontrar apoyo. A pesar de ello, en Chile el presupuesto destinado a atenciones en el área es bajo el 2,1% del presupuesto total en salud. Según la OCDE el presupuesto es insuficiente ya que no bordea el 5% recomendado. Esto explica la escasez de prestaciones y atenciones específicas, generando brechas en tratamientos y coberturas. El escenario invita a que en Chile avancemos hacia una Ley de Salud Mental integral que permita abordar desde la promoción y prevención, el acceso oportuno y efectivo a tratamientos.