Padre Berríos y denuncias: "No he cometido los actos de connotación sexual que ellas describen"
Tras la declaración de la Compañía de Jesús en la que calificó las imputaciones contra el presbítero como "verosímiles", el sacerdote afirmó ser inocente y querer enfrentar un proceso en la Justicia tradicional, "de cara a la ciudadanía".
Tras el comunicado que emitió la Compañía de Jesús en el que la congregación admitió que las denuncias contra el sacerdote Felipe Berríos por presuntos hechos de connotación sexual son "verosímiles", el presbítero se defendió y alegó ser inocente.
Más en detalle, los Jesuitas realizaron una investigación previa respecto al caso de Berríos y durante la tarde del jueves estos afirmaron la "verosimilitud" de las denuncias, por hechos que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes.
Ante esto, el padre Berríos también emitió una declaración en la cual manifestó que "puedo afirmar que no he cometido los actos de significación sexual que ellas describen".
El padre Berríos, quien por el momento se encuentra suspendido del ejercicio público del sacerdocio y que antes que se conocieran las denuncias en su contra continuaba con su trabajo comunitario en el campamento Luz Divina del sector La Chimba en Antofagasta, afirmó que "salvo una, desconozco las historias de vida de las denunciantes".
"Pero tras conocer sus relatos, puedo afirmar que no he cometido los actos de significación sexual que ellas describen. De hecho, la sola expresión 'actos de significación sexual' es muy compleja, pues la gente se imagina relaciones sexuales no consentidas y horrores de ese tipo. Acá no hay nada de eso", añadió en su declaración.
Continuando con el texto de Berríos, el sacerdote aclaró que "de lo que se me acusa es de conductas impropias, como lenguaje inapropiado, hablar de temas que supuestamente no corresponderían a un sacerdote y en algunos casos de abrazos y supuestas locaciones de muslos y glúteos"
Además, agregó que ninguna de las cuatro denuncias y los tres relatos en su contra fueron presentados a la Justicia, por lo que dijo espera continuar un proceso formal a través de un "juicio justo y transparente, de cara a la ciudadanía".
Las denuncias contra Berríos salieron a la luz pública en mayo pasado, luego de que el 29 de abril una mujer adulta informara a la Compañía de Jesús de hechos que "habrían ocurrido cuando la denunciante era menor de edad".
En ese momento se decretó la apertura de una investigación previa canónica, de la que quedó a cargo la abogada laica María Elena Santibáñez, consignó Emol.
A fines de mayo, el sacerdote jesuita se autodenunció, solicitando al Ministerio Público iniciar una investigación sobre los hechos descritos en la denuncia.
"No me parece que los sacerdotes debamos tener una justicia especial. Esto es visto con justa razón, como un privilegio por el resto de los chilenos. No digo que el proceso canónico sea malo, sino que es insuficiente y desconocido para el común de la gente", argumentó Berríos.
En esa línea, el sacerdote dijo querer ser investigado "al igual que cualquier ciudadano de este país" y "tener la posibilidad de poder defenderme ante el Ministerio Público y los tribunales en la forma más transparente posible".
En el comunicado que la Compañía de Jesús emitió, se detalló que "tras una acuciosa investigación, que contó con la declaración de más de 40 testigos, la Instructora ha determinado la verosimilitud de actos de significación sexual de distinta relevancia que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes. Estos hechos se refieren a tocaciones y diversos traspasos de límites en el ejercicio del sacerdocio, entre los años 1993 y 2009".
"Puedo afirmar que no he cometido los actos de significación sexual que ellas describen. Salvo una, desconozco las historias de vida de las denunciantes. Tras conocer sus relatos puedo afirmar que no he cometido los actos"
Felipe Berríos, sacerdote jesuita.