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Soluciones que nacen del desuso para la industria

Con los principios de la economía circular, iniciativa local busca de contribuir al carbono neutralidad del país en las próximas décadas.
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Redacción / Andre Malebrán

Deteriorado o en desuso, más de 220 kilos de fierro en buen estado fue utilizado para construir torres fotovoltaicas. Así, una emisión de más de 165 toneladas de monóxido de carbono (Co2) a la atmósfera evitó la startup chilena Be Energy al recuperar unos mil 700 kilos de chatarra industrial, extraído de máquinas a diésel utilizadas para comunicación, vigilancia e iluminación de las faenas.

Fue en noviembre de 2020 que la idea inició como una solución temporal ante el retraso en las cadenas de suministro de repuestos, lo que les permitió abrir una nueva línea de negocios y sellar acuerdos con grandes empresas del rubro minero, de la construcción y la agricultura.

Tres veces más útil

Las plataformas solares logran ahorrar hasta $10 millones al año en costos asociados a combustible y mantenimiento, y evitar el uso de 173 litros de combustible en el mismo período. A diferencia de las torres a diésel, una torre fotovoltaica tiene hasta tres veces su vida útil, y de hecho su estructura tiene garantía de por vida. Otros componentes de los circuitos tienen resguardo por entre 5 y 15 años.

"Nos empezamos a quedar sin los principales materiales para nuestros procesos debido a las demoras de importación: chasis, ejes y mástiles para las torres solares para vigilancia, comunicación e iluminación. Básicamente, en respuesta a ese problema, comenzamos a mirar estas estructuras deterioradas o en desuso, y que aún tenían parte que podían recuperarse para construir las nuestras", según comenta su gerente general, Gonzalo Vidiella.

Han logrado construir diez plataformas, y proyectan sumar otras 24 de acá a fines de 2022. Vidiella destaca que la respuesta de las empresas -en su mayoría, corporaciones de la gran minería nacional- fue muy positiva, ya que la idea les permite dar una segunda vida a sus cementerios industriales y disminuir su huella de carbono.

"Muchas de estas empresas, principalmente en el norte del país, tienen verdaderos cementerios de máquinas en sus faenas. Lo que hacemos, con los principios de la economía circular y en busca de contribuir al carbono neutralidad del país en las próximas décadas, es sacarles el motor y todas las piezas aún útiles, reacondicionarlas y transformarlas en una unidad fotovoltaica, que regresa a manos del mismo cliente", afirma el ejecutivo de Be Energy.

"Uno de los últimos pasos es el montaje de la tecnología fotovoltaica: el banco de batería, las se arma el tablero eléctrico, panel solar y luego, dependiendo de su uso, luminarias, cámaras de vigilancia o antenas de comunicación. Hoy, por ejemplo, estamos trabajando con dos máquinas de tecnología alemana, que podrían reacondicionarse, aunque ya ni siquiera llegan a Chile. El proceso total, desde el retiro a la instalación de la nueva estructura, toma en promedio cerca de 30 días", resume el ingeniero.

Algunas de las corporaciones con las que colaboran para dar uso a sus maquinarias industriales son Antofagasta Minerals, SQM, el Grupo Acciona y la constructora Echeverría Izquierdo, entre otras. Además, el distribuidor oficial de Be Energy es la compañía proveedora de equipos industriales Beka, del Grupo EMIN.