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ACV: una enfermedad letal y la primera causa de discapacidad

En los últimos tres años más de 700 personas de la región fallecieron por esta razón, la segunda causal de decesos. Pese a ello se puede prevenir y el llamado es a consultar a tiempo.
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Ricardo Muñoz Espinoza

Hace seis meses Antonio Liberona Mena sufrió un Accidente Cerebro Vascular (ACV). Fue un día en que comenzó a sentirse mal y como veía que no se recuperaba al siguiente acudió a Urgencias justo a tiempo, o hubiese sido peor.

Después de una vida dedicada al deporte, específicamente al fútbol y en la que prácticamente nunca se enfermaba y menos haber estado en un hospital, el ACV causó grandes estragos en su cuerpo: perdió la capacidad del habla y tuvo que aprender a comunicarse de nuevo mediante la terapia del Hospital Regional de Antofagasta.

"No sabía hablar, se me olvidaban las cosas. No podía decir 'refrigerador' o 'microondas' de mi casa. Pero con la rehabilitación fui mejorando", dice Antonio y llama a toda la comunidad a que, si sienten este tipo de síntomas, "inmediatamente acudan al hospital. También hay que cuidarse como en la alimentación y ese tipo de cosas…"

Cristóbal Benítez ha padecido dos ACV, primero en 2019 y el segundo el pasado 10 de agosto, lo cual atribuye a que "no me cuidé". Con dificultad para el habla, comenta que esto lo ha afectado en su profesión de chef ya que "no puedo trabajar al estar con licencia…quedé con problemas para hablar y el día a día se me ha hecho muy difícil, perdiendo la movilidad de la mitad de mi cuerpo, pero me he ido recuperando con la terapia ocupacional, kinesiólogos y psicólogos".

Si bien ambos ya están en recuperación, muchos otros pacientes no han corrido con tanta suerte y es que el ACV corresponde a la segunda causa de muerte en Chile, después de las enfermedades cardíacas. En los últimos tres años en la Región de Antofagasta se han registrado 708 defunciones por ACV y se ubica en el segundo puesto de defunciones, únicamente por debajo de los decesos ocasionados por el Covid-19, según los datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Minsal. Pero pese a la alta mortalidad es una enfermedad que se puede prevenir.

Consecuencias y prevención

Hoy 29 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el ACV y por ello es que el jefe de la Unidad de Neurología del HRA, el doctor Agustín Brante, recuerda que esta enfermedad es la obstrucción del flujo sanguíneo cerebral producto de un trombo, el cual "puede venir de distintos territorios del cuerpo: puede ser del corazón, en los vasos del cuello y generalmente se ocasionan por lesiones en los vasos sanguíneos, lo que es secundario a una hipertensión crónica o a un problema del funcionamiento del corazón como una arritmia".

Brante explica que entre los efectos que puede ocasionar el ACV, la obstrucción del flujo sanguíneo al cerebro podría atacar las funciones normales del cerebro.

"Dependiendo de la zona en la que se produce el infarto será la sintomatología del paciente, lo que puede ser la pérdida de fuerza de un brazo, de una pierna, hablar raro, alteraciones de la vista, alteraciones del equilibrio, entre otras", explica el especialista. Si el ACV no se trata a tiempo, entonces las consecuencias podrían llegar a lesiones permanentes, lo que significa "una secuela que puede ser trastornos permanentes que generan discapacidad y que impiden el bañarse, dificultan el comer y por lo general estas personas o cuesta mucho o no se pueden reintegrar a sus funciones laborales y en el peor de los casos la muerte".

Por eso el ACV en Chile corresponde a la primera causal de discapacidad. Debido a ello es que se debe estar atento a los síntomas que podrían anticipar esta enfermedad y que por lo general son tres los más comunes: pérdida del lenguaje o hablar raro de forma brusca, pérdida de fuerza de un brazo, una pierna o la incapacidad de la persona de no ponerse de pie. Basta uno de ellos para ser catalogado como de alta sospecha, por lo cual hay que consultar de manera urgente.

"No se puede esperar porque tenemos tiempos cortos para los tratamientos. Generalmente se habla de cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas. Esto significa que si la persona presenta pérdida de la fuerza de un brazo o del lenguaje, tenemos hasta cuatro horas y media para darle el tratamiento y después de eso ya no podemos hacer mucho" añade.

También se puede prevenir controlando la presión arterial, reduciendo las grasas saturadas y colesterol en las alimentación, dejando de fumar y realizando actividad física.