Presidio perpetuo por terrible caso de violación de menor
Adolescente y su pololo fueron víctimas de otros delitos, por parte de un venezolano indocumentado.
Redacción - La Estrella de Antofagasta
A la pena de presidio perpetuo calificado, como autor de los delitos consumados de sustracción de menores con resultado de violación y producción de material pornográfico infantil, más secuestro y abuso sexual de mayor de 14 años, condenó el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Antofagasta a un ciudadano venezolano.
El joven, de iniciales H.J.H.C., fue hallado culpable de los terribles hechos ocurridos la madrugada del 30 de enero de este año, en el sector de la plaza ubicada frente al Liceo Industrial A-16 "Eulogio Gordo Moneo" de la capital regional.
El fallo fue unánime y los jueces aplicaron, además, las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos por el tiempo de vida del penado; la sujeción a la vigilancia de la autoridad por el máximo de tiempo establecido por el Código Penal y la inhabilitación absoluta temporal para cargos, empleos, oficios o profesiones ejercidos en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y habitual con personas menores de edad, por 10 años.
El tribunal dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que el día de los hechos las víctimas, de 18 y 14 años y quienes mantenían una relación de pololeo, fueron abordados por el sentenciado, "quien los priva de su libertad ambulatoria mediante intimidación, primero, por amenazas, luego, utilizando una navaja que le arrebata a una de las víctimas, obligando a (…) a sacarse los cordones de sus zapatillas para luego utilizarlos para amarrar sus manos, indicándoles que los secuestraría ya que necesitaba 7 millones de pesos para salir del país".
El fallo agrega que luego dijo "que les haría lo mismo que le hicieron a su hermana, a quien la habían secuestrado, luego, los hizo desplazarse contra su voluntad hacia un sector cercano a los baños de dicha plaza".
Violación
Allí violó a la joven, a quien además utilizó para efectuar actos de relevancia y significación sexual en contra del muchacho. Cerca de las 5.15 horas, mediante amenazas de muerte con la navaja obligó a las víctimas a caminar hasta la playa, desplazándose por diversas calles.
Al llegar a Cobija, nuevamente violó a la menor en varias oportunidades. Tras ello, siguieron avanzando bajo amenaza hasta un sector de la playa ubicada en Avenida Pérez Zujovic, entre Cobija y Víctor Jara. En el lugar nuevamente obligó a una de las víctimas "a realizar actos de significación sexual contra su pareja y en una de esas oportunidades el imputado grabó esta acción sexual con el teléfono celular de la víctima".
Después de varios ataques sexuales, la joven logró arrebatarle la navaja al condenado y se la entregó a su pareja, quien forcejeó con el condenado hasta que éste huyó del lugar.
Sólo entonces los jóvenes pudieron desplazarse hacia la vía pública, siendo auxiliados por un tercero.