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Alma detecta por primera vez dos agujeros negros "cenando" juntos

El hallazgo se registró en la fusión de galaxias UGC4211 en la Constelación de Cáncer y a 500 millones de años luz.
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Ricardo Muñoz E./Redacción

Así como la Tierra, el Sol y el Sistema Solar por completo, las galaxias también están moviéndose en órbitas en el Universo, y en esa "danza" cósmica por acción de la influencia gravitacional es posible que colisionen entre sí ya que se están atrayendo mutuamente.

Esto precisamente es lo que está ocurriendo a 500 millones de años luz de la Tierra en la Constelación de Cáncer. Ahí se ubica UGC4211, la cual es el resultado de la fusión de dos galaxias distantes.

Para tener una idea, 500 millones de años luz de distancia es una diferencia tan enorme que si pudiésemos viajar a la velocidad de la luz nos tardaría 500 millones de años en llegar hasta allá.

Pues, mientras observaban dicha fusión y en su centro galáctico, un equipo de científicos utilizó el observatorio Atacama Large Millimeter/Submillimeter Array (ALMA) -ubicado en el Llano de Chajnantor en la Región de Antofagasta y a más de cinco mil metros sobre el nivel del mar- descubrieron por primera vez dos agujeros negros supermasivos "alimentándose" de material juntos.

El equipo de expertos forma parte del Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO, por su sigla en inglés) de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos, cuyo estudio reveló que los agujeros negros binarios (es decir en sistema de dos objetos) y las galaxias que están en proceso de colisión y que originan a estos verdaderos "mastodontes" especiales son fenómenos sorprendentemente comunes en el Universo.

Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista The Astrophysical Journal Letters y presentados durante una conferencia de prensa en la asamblea de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos.

Este tipo de galaxias que se están fusionando suelen ocurrir con mucha más frecuencia en el Universo distante y por ello son difíciles de observar.

Por eso es que los científicos utilizaron el Radiotelescopio ALMA con sus receptores de 1,3 mm altamente sensibles y observar las profundidades de los núcleos sensibles activos de esta galaxia, es decir áreas compactas y sumamente luminosas de las galaxias generadas por la acreción de materia alrededor de los agujeros negros.

"El equipo científico descubrió no uno sino dos agujeros negros que devoraban frenéticamente los subproductos de la fusión. Y para su sorpresa, ambos estaban dándose el festín muy cerca el uno del otro: a tan solo 750 años luz de distancia", señalan desde Alma.

"De las simulaciones se había desprendido que la mayoría de los agujeros negros binarios de las galaxias cercanas debían ser objetos inactivos, como suele suceder. En vez de agujeros negros en pleno crecimiento como los que observamos", señala Michael Koss, investigador sénior de Eureka Scientific y autor principal del estudio.

Koss agrega que ALMA resultó ser "una herramienta revolucionaria" y que observar dos agujeros negros tan cerca el uno del otro en el Universo cercano podría allanar el camino hacia nuevos estudios sobre este sorprendente fenómeno.

"ALMA es un instrumento único por ser capaz de observar a través de grandes nubes de polvo y gas y alcanzar una resolución espacial muy alta al observar objetos que se encuentran cerca unos de otros. Hemos identificado a una de las parejas de agujeros negros más estrecha que conozcamos en una galaxia en colisión, y como sabemos que estas fusiones galácticas son mucho más comunes en el Universo distante, podemos suponer que estos agujeros negros binarios también podrían ser mucho más comunes de lo que se creía", añade.

Si estas parejas de agujeros negros cercanos resultan ser más comunes, como plantean Michael Koss y su equipo, podría haber implicaciones importantes para las futuras detecciones de ondas gravitacionales.

Mientras que Ezequiel Treister, astrónomo de la Universidad Católica de Chile y coautor del estudio, señala que "puede haber muchas parejas de agujeros negros supermasivos en pleno crecimiento en los centros de las galaxias que aún no hemos logrado identificar. De ser así, en un futuro cercano observaremos frecuentes ondas gravitacionales generadas por las fusiones de estos objetos por todo el Universo".

La combinación de los datos de ALMA con observaciones en longitudes de onda múltiples de telescopios potentes como Chandra, Hubble, el Very Large Telescope (también en la Región de Antofagasta) del Observatorio Europeo Austral (ESO) y Keck aportó un gran nivel de detalle a este fascinante descubrimiento.

"Cada longitud de onda pinta una parte del panorama. Mientras las imágenes ópticas obtenidas con observatorios terrestres nos mostraron la totalidad de la galaxia en colisión, el telescopio Hubble nos permitió observar las regiones nucleares en alta resolución. Y las observaciones en rayos X revelaron que hay al menos un núcleo galáctico activo en el sistema", explica Ezequiel Treister.

"ALMA nos mostró la ubicación exacta de estos dos agujeros negros supermasivos y glotones en pleno crecimiento. Toda esta información nos brindó una idea más clara de cómo las galaxias como la nuestra se han convertido en lo que son ahora y cómo seguirán evolucionando", agrega.

Hasta ahora, los científicos habían estudiado principalmente las primeras etapas de fusión de las galaxias. La nueva investigación podría revolucionar lo que sabemos sobre la inminente fusión de la Vía Láctea con nuestra galaxia vecina Andrómeda.

Michael Koss afirma que "La colisión de la Vía Láctea con Andrómeda está recién empezando, pues se prevé que ocurrirá dentro de unos 4.500 millones de años", finaliza.

500 millones de años luz es separan a la fusión de galaxias UGC4211 de la Tierra.