Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Servicios
  • Clasificados
  • Pasatiempos
  • Estrellas
  • Contraportada
[tendencias]

El descongelamiento de la Antártida libera más gases de efecto invernadero

En el sitio analizado se liberaron 448,5 toneladas de CO2 en verano.
E-mail Compartir

EFE / N.E.

El descongelamiento del permafrost de la Antártida, un tipo de suelo que hasta ahora permanecía congelado, está liberando a la atmósfera grandes cantidades de gases de efecto invernadero atrapados durante siglos, contribuyendo así al cambio climático, según un estudio coordinado por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV).

El fenómeno, que está afectando a ciertas regiones antárticas cercanas a la costa que quedaban libres de hielo debido al clima extremo, podría extenderse por los 24.000 kilómetros de litoral del continente y liberar miles de toneladas de dióxido de carbono enterradas, alertó el INGV.

Sólo en el área de 21,6 km2 de permafrost analizada en el estudio, situada en la mayor zona libre de hielo del continente, la región de los Valles Secos de McMurdo, se liberaron 15 toneladas al día de dióxido de carbono, 448,5 en todo el verano austral.

"Los datos sugieren la presencia de elevadas cantidades de gases disueltos en el sistema de salmuera subsuperficial sobrepresurizado bajo el permafrost", dijo Giancarlo Ciotoli, investigador del Instituto de Geología Ambiental y Geoingienería italiano (IGAG).

Los Valles Secos de McMurdo representan cerca del 10% del suelo libre de hielo de todo el continente y, como en el polo norte, tienden a calentarse debido al aumento global de las temperaturas provocado por la creciente emisión de gases de efecto invernadero.

En esta región, ubicada a 100 kilómetros de la estación de investigación estadounidense de McMurdo, "la bajísima humedad, las gélidas temperaturas (entre -14°C y -30°C) y los vientos de hasta 320 km/h generan uno de los ambientes más extremos del planeta" que hasta ahora lograba mantener congelado el permafrost, detalló la investigadora del INGV Alessandra Sciarra.

Japón lanzó un nuevo satélite de reconocimiento del clima

E-mail Compartir

Japón lanzó ayer un cohete espacial para poner en órbita un nuevo satélite de reconocimiento centrado en la vigilancia del clima para mejorar la respuesta ante potenciales desastres naturales y monitorizar actividad militar.

El cohete número 46 H2A, operado por Mitsubishi Heavy Industries, despegó a las 10:50 de la mañana hora local desde el Centro Espacial de la isla de Tanegashima, en el sudoeste del archipiélago japonés, un día después de lo previsto debido al mal tiempo en el lugar.

El satélite entró en órbita sin contratiempos, informó luego la empresa.

El radar del satélite es capaz de capturar imágenes del suelo aun en la noche, así como en momentos con condiciones climáticas muy adversas, por lo que las autoridades niponas esperan que ayude a transmitir datos en caso desastres naturales para mejorar sus respuestas.

Esa sensibilidad permitiría también monitorizar movimientos en instalaciones militares cercanas, como las de Corea del Norte, como ya hacen otros aparatos en órbita.

El cohete H2A mide 53 metros de largo y tiene 4 metros de diámetro.

Mitsubishi Heavy Industries tiene previsto lanzar por primera vez su nuevo cohete H3, desarrollado conjuntamente con la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA), sucesor del H2A.

Añaden síntomas que suben riesgo de demencia

E-mail Compartir

Las personas a las que se les diagnostica un deterioro cognitivo leve y que tienen síntomas de depresión o estado de ánimo bajo triplican el riesgo de desarrollar demencia, según un estudio de la Ace Alzheimer Center Barcelona (ACE), de España.

El estudio demostró que las personas con biomarcadores positivos de la enfermedad de Alzheimer y que tienen síntomas de depresión multiplican por tres el riesgo de convertir sus síntomas en demencia a los dos años respecto a las que no están afectadas por estas dos condiciones.

El trabajo, según sus autores, revela la importancia de considerar también la conducta de la persona con deterioro cognitivo al predecir el riesgo a desarrollar demencia.

Según el líder del estudio, Sergi Valero, "es primera vez que un sondeo se centra en la relación entre la presencia simultánea de biomarcadores positivos del Alzheimer y síntomas neuropsiquiátricos".

Valero aclaró que un deterioro cognitivo leve no implica necesariamente que se desarrolle demencia, pero si se dan estos dos otros factores -la presencia de biomarcadores y de síntomas neuropsicológicos como depresión o apatía- el riesgo crece.

La investigación tuvo una muestra de 500 personas, a las que se hizo un seguimiento durante varios años analizando la interacción de distintos síntomas neuropsiquiátricos.

"La depresión resultó clave, pero la apatía, la ansiedad o la irritabilidad no mostraron un efecto modulador sobre la conversión de los pacientes a demencia", dice el estudio.