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Desde la región hallan una oculta "guardería de estrellas"

Científicos usaron el telescopio VISTA de Cerro Paranal para detectar jóvenes estrellas escondidas en nubes de gas, recopilando más de un millón de imágenes.
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Ricardo Muñoz E./Redacción

A 120 kilómetros al sur de Antofagasta se encuentra Cerro Paranal, el cual albergar al observatorio actual más grande del mundo: el VLT, que por sus siglas en inglés corresponde a Very Large Telescope (telescopio muy grande), pero no es el único ojo que está ahí mirando hacia los secretos del Universo.

A un costado del VLT, que es el más conocido, se levanta VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope for Astronomy, es decir "Telescopio Astronómico de Rastreo de Espectro Visible e Infrarrojo), ambos forman parte del Observatorio Europeo Austral (ESO).

Recientemente VISTA también fue protagonista de un descubrimiento que permite entregar más datos a los científicos sobre cómo es el proceso de nacimiento de las diversas estrellas, algunas como nuestro Sol.

Las estrellas se forman cuando las nubes de gas y polvo colapsan bajo su propia gravedad, pero aún no tenemos todos los detalles de cómo sucede este proceso. ¿Cuántas estrellas nacen de una nube? ¿Cómo son de masivas? ¿Cuántas estrellas también tendrán planetas?, se preguntan en ESO.

Esto se ha transformado en un verdadero rompecabezas para los científicos, pero para ayudar a resolver este misterio un equipo de científicos de la Universidad de Viena (Austria) utilizaron el observatorio VISTA de la Región de Antofagasta para armar un atlas en infrarrojo de verdaderas "guarderías" de estrellas jóvenes, gracias a la recopilación de más de un millón de fotografías de distintas regiones del Universo, las que fueron armadas en un gran mosaico.

Las fotografías revelaron zonas de estrellas jóvenes en formación y que se encontraban en gruesas nubes de polvo.

"En estas imágenes podemos detectar incluso las fuentes de luz más débiles, como estrellas mucho menos masivas que el Sol, revelando objetos que nadie ha visto antes", afirma Stefan Meingast, astrónomo de la Universidad de Viena y autor principal del nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista científica Astronomy & Astrophysics. "Esto nos permitirá comprender los procesos que transforman el gas y el polvo en estrellas".

Para esto, el equipo de expertos realizó un sondeo utilizando la cámara infrarroja llamada Vircam del telescopio VISTA para captar la luz que venía desde las profundidades de esas nubes de polvo.

Para entender esto es necesario saber que en astronomía se trabaja con muchos conceptos de la física y uno de ellos son las longitudes de onda de la luz. Esto porque para fotografiar objetos en el Universo se debe buscar la luz que emiten, como las estrellas, o que reflejan como -por ejemplo- los planetas.

Las longitudes de onda, en palabras simples, es el espectro de ondas electromagnéticas que llegan a nuestros ojos y que nos permite ver objetos y el color de estos. Todo lo que vemos se conoce como "luz visible".

Sin embargo, como se trata de un espectro de ondas también existe luz invisible al ojo humano y por lo tanto, son necesarios sofisticados equipos técnicos para poder ver objetos en esa longitud de onda. Tanto la luz ultravioleta y la luz infrarroja (que están en ambos extremos del espectro electromagnético) no pueden ser captadas por nuestros ojos.

Por eso VISTA a través de la cámara infrarroja Vircam captó aquello que estaba oculto para nuestros ojos en zonas donde están formándose estrellas y en las constelaciones de Orión, Ofiuco (perteneciente a las zodiacales), Camaleón, Corona Australis y Lupus. Todas estas regiones del espacio se encuentran a menos de 1.500 años luz de distancia y su área es bastante grande.

"El diámetro del campo de visión de VIRCAM es tan ancho como tres lunas llenas, lo que lo hace especialmente adecuado para mapear estas regiones inmensamente grandes", afirman en ESO.

"El polvo (en esas zonas) oscurece estas estrellas jóvenes, haciéndolas prácticamente invisibles a nuestros ojos. Sólo en longitudes de onda infrarrojas podemos penetrar en las profundidades de estas nubes y estudiar las estrellas en formación", explica Alena Rottensteiner, estudiante de doctorado también en la Universidad de Viena y coautora del estudio.

Esta investigación, llamada Visions. se desarrolló durante cinco años para obtener las imágenes de forma individual, las que después juntaron en grandes mosaicos que revelaron vastos paisajes cósmicos. Estas detalladas panorámicas presentan manchas oscuras de polvo, nubes brillantes, estrellas recién nacidas y las estrellas de fondo distantes de la Vía Láctea.

Dado que las mismas áreas se observaron repetidamente, los datos de Visions también permitirán a la comunidad astronómica estudiar cómo se mueven las estrellas jóvenes. "Con Visions monitoreamos estas estrellas bebé durante varios años, lo que nos permite medir su movimiento y aprender cómo salen de sus nubes madres", explica João Alves, astrónomo de la Universidad de Viena e investigador principal de Visions.

5 años fue el tiempo en que se extendió la obtención de las imágenes del sondeo Visions.

1 millón de fotografías permitieron ensamblar un mosaico de distintas regiones del Universo.

rmunoze@estrellanorte.cl