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Es oficial: Chile define áreas de interés para la investigación astronómica

Proyecto que fue encabezado por el director del Centro de Astronomía de la Universidad de Antofagasta, Eduardo Unda-Sanzana, permite medidas más rigurosas en la protección de los cielos en estas zonas.
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Ricardo Muñoz Espinoza

Si bien el Desierto de Atacama es mundialmente reconocido por lo limpio de sus cielos -sobre todo en la Región de Antofagasta- y por lo tanto corresponden a los ideales para el desarrollo de la astronomía, la principal preocupación de los científicos es la contaminación lumínica.

Por eso, el martes recibieron una buena noticia al -finalmente- ser publicado en el Diario Oficial la definición de "áreas de interés para la investigación astronómica", con lo cual no sólo se reconoce la protección del cielo, sino que también la biodiversidad, salud, patrimonio cultural y la posibilidad de emprendimientos turísticos y de educación científica. Con ello, se busca garantizar condiciones más estrictas del cumplimiento de la normativa lumínica en estas zonas.

Los criterios para esta definición consideraron aspectos como infraestructura para la observación, condiciones geográficas y atmosféricas, producción científica, impacto en la comunidad científica nacional, entre otros requisitos.

De esta forma, se determinó como "áreas astronómicas" las siguientes comunas, agregando la totalidad de sus territorios: Antofagasta, Calama, María Elena, Mejillones, Ollagüe, San Pedro de Atacama, Sierra Gorda y Taltal en la Región de Antofagasta; Alto del Carmen, Caldera, Copiapó, Freirina, Huasco, Tierra Amarilla y Vallenar en Atacama; Andacollo, Canela, La Higuera, Combarbalá, Coquimbo, Illapel, La Serena, Monte Patria, Ovalle, Paihuano, Punitaqui, Río Hurtado, Salamanca y Vicuña en la Región de Coquimbo.

Uno de los principales impulsores de esta iniciativa es el director del Centro de Astronomía de la Universidad de Antofagasta (UA), el doctor Eduardo Unda-Sanzana, quien comenta que desde los años 90's Chile cuenta con una norma de contaminación lumínica. Sin embargo, este trabajo se originó desde el 2018 y en conjunto con el diputado José Miguel Castro para redactar una moción al Congreso y así modificar la Ley de Bases Generales del Medio Ambiente, con el objetivo de agregar en ella la luminosidad artificial como contaminante y además, definir estas áreas de interés.

"Lo que se había visto en esos casi 20 años desde que entró en operación la norma es que la contaminación lumínica en la Región de Antofagasta y en Chile en general, había aumentado. Eso se explicaba porque la norma funcionaba como una medida reactiva, o sea tener la contaminación instalada para que alguien denuncie y entonces, comenzar el proceso de fiscalización y después puede que se dicte alguna medida para que esa contaminación cese", dice Unda-Sanzana, añadiendo que, por lo tanto, la idea fue buscar una opción más preventiva.

"Nos dijeron que no se podía porque no existía la iluminación artificial como un contaminante y de ello derivaba una serie de problemas para fiscalizar. La modificación de ese año tuvo por objeto introducir la luminosidad artificial como contaminante y también crear una serie de áreas astronómicas en el país, en las cuales iba a operar esta protección especial. O sea, si se quería hacer un proyecto nuevo en una de esas áreas, entonces tendría que pasar por este proceso de fiscalización que sería más riguroso (como un estudio de impacto ambiental)", detalla.

Si bien ese proyecto prosperó y se convirtió en ley en 2019, faltaba determinar cuáles serían esas áreas y sus características, lo que fue encargado al Ministerio de Ciencia y Tecnología a través de un grupo de expertos del país del en la materia, quienes en 2020 conformaron la Comisión Asesora Ministerial y que fue presidida por el propio Eduardo Unda-Sanzana

En el comienzo el trabajo contó con la asesoría de la UA, pero pronto se sumarían más actores a la iniciativa, con representantes de otras úes chilenas, observatorios nacionales, Fundación Cielos Chile, Sochias, el Ministerio de Medio Ambiente y además observatorios internacionales. En todos los trámites legislativos el proyecto tuvo un apoyo unánime.

Tras el cambio de Gobierno y algunas observaciones de los respectivos ministerios, la propuesta finalmente fue aceptada y hoy es una realidad.

"Lo más fuerte de todo esto es que una iniciativa nacida en regiones para modificar una de las leyes fundamentales de nuestro país, de todo lo que tiene que ver con la protección del medio ambiente. Dimos argumentos científicamente sólidos, basados en evidencia, que convencieron a todos los sectores políticos y lo que vino fue una consecuencia de esta propuesta de áreas", añadiendo que el centro de la iniciativa fue de disponer de zonas en varias partes del país para el desarrollo de la astronomía chilena en general.

"Los observatorios internacionales son un factor importante, pero no son el único. Queremos saber qué planes de uso del territorio astronómico tienen las instituciones chilenas", afirma Unda-Sanzana, destacando actividades científicas, de emprendimiento o protección de patrimonio cultural.

"(Actualmente) está en toma de razón en Contraloría la nueva norma de contaminación lumínica del país. Va a valer la norma antigua en todo el país y no sólo en el norte, pero en las áreas astronómicas va a haber restricciones más finas y estrictas en algunos puntos, de manera de preservar de mejor manera el cielo astronómico. Por ejemplo, controlará mejor las emisiones del blanco azulado y que son las más dañinas para la astronomía, la biodiversidad y la salud humana, lo que será una protección especial de estos sitios", agrega, resaltando que en ese sentido es una ventaja la aprobación oportuna del decreto que ya define cuáles son estas zonas.