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Alexandra nuevamente necesita la ayuda de todos

La joven antofagastina clama por apoyo para encontrar una sede y así efectuar un bingo que le permita costear parte del millonario tratamiento. Hace más de una década que lucha contra una rara enfermedad.
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Ricardo Muñoz Espinoza

El tatuaje en su brazo dice "lista para la guerra", una frase que le recuerda a la antofagastina Alexandra Araya (37) cómo han sido los últimos 12 años de su vida al lidiar contra una extraña enfermedad llamada Síndrome de Gardner, la cual causa la aparición de la Polipósis Adenomatosa Familiar (PAF), la que a su vez ocasiona que desarrolle pólipos no sólo en la zona del intestino, sino que también en otros órganos de su cuerpo, esto originado por una anomalía genética.

A su joven edad Alexandra suma prácticamente una treintena de cirugías, las que no sólo le han mantenido luchando contra los embates y consecuencias de esta enfermedad, sino que también contra el sistema de salud y los millonarios costos de los tratamientos.

Durante estos 12 años Alexandra ha debido clamar por la solidaridad de la comunidad y ahora nuevamente necesita de la ayuda de todos. La joven comenta que tenía programado un bingo para este 28 de octubre y sin embargo, la persona que ha había dispuesto de la sede, lamentablemente tuvo que desistir de ello.

Ayuda

Es por eso que la joven llamó a la comunidad antofagastina con el objetivo de facilitar una sede que permita efectuar este bingo, y también para quienes deseen aportar con premios o donativos para rifas. Para ello, deben contactarse al +56979796964.

Otra forma de ayudar a la joven es a través de la compra en su Pyme de venta de ropa llamada en las redes sociales "Bisquett_Store", lo cual le ha permitido afrontar los altos gastos que conlleva esta enfermedad y también el día a día.

"Lo primordial que necesitamos es eso, si alguien nos puede facilitar una sede. Ya teniendo eso, lo demás se hace más fácil...", agrega la antofagastina.

Quimioterapia

Hace poco la joven se sometió a una nueva cirugía, esta vez una resección transanal, es decir, la extirpación de un tumor en dicha zona. Esto porque su intestino delgado se encontraba en grave peligro, ya que el adenoma generó una suboclusión (interrupción del tránsito intestinal) y por lo tanto, este órgano llegó a crecer 10 veces su tamaño.

Posteriormente, Alexandra comenzó su tratamiento con quimioterapia en Santiago, dado que en Antofagasta -comenta- le efectuaron un diagnóstico equivocado y además debía aguardar que avanzara la Lista de Espera del sistema público y también para ser nuevamente evaluada. Pero su caso no podía esperar más por la gravedad de su estado.

"Los médicos en Santiago me diagnosticaron con las imágenes que yo les envié desde acá y lastimosamente, yo no tenía más opciones que la quimioterapia porque estaba con mucha sintomatología, porque el problema es que los dermoides crecen y agarran los tejidos sanos. Yo estaba con mucho dolor, con distención, con obstrucción por el mismo tumor… y a las finales eso te mata porque es algo agresivo. Lamentablemente, no está en la ley Ricarte Soto ni en el GES, porque es un tumor raro", comenta.

El problema es que más de cuatro millones de pesos fue el costo de la instalación de un catéter y además, el total de tratamiento con las drogas de quimioterapia asciende a 12 millones de pesos, procedimientos que continuará esta semana en la capital del país.

A eso hay que sumar los medicamentos que requiere mes a mes, cuyos costos en total sobrepasan más de 300 mil pesos, con los cuales debe tratar sus complicaciones digestivas que son catalogadas graves.

La lucha de Alexandra es continúa y si bien a veces es motivo para tirar la toalla, la fuerza para batallar contra la enfermedad y el acceso a la salud -más por la rareza de la patología- la encuentra en sus tres hijos, dos de los cuales también han padecido las consecuencias del Gardner, aunque gracias a la experiencia de la joven, sus tratamientos han sido a tiempo.

"He golpeado varias puertas y no pasa nada. Entonces, no hay más chance... A veces río, a veces lloro, pero en la parte anímica al menos estoy bien. No podría no luchar porque ¿qué ejemplo le dejaría a mis niños si yo ahora decido que hasta aquí llego?. O sea, si me llega a pasar algo que sea batallando, pero no quedándome sentada", reflexiona.

"No podría dejar de luchar porque ¿qué ejemplo le dejaría a mis niños? O sea, si me llagara a pasar algo que sea batallando, pero no quedándome sentada..."

Aleandra Araya