Estudiante no pudo seguir cargando pesada mochila
No pudo superar el trauma tras ser víctimas de dos episodios de agresión sexual.
Redacción
Su madre está convencida que la drástica determinación adoptada por su hija tiene un solo motivo. No hubo problemas amorosos o familiares, su dolor era mucho más profundo.
A sus 13 años vivió una de las experiencias más dolorosas y traumáticas por la que pueda atravesar una mujer. Fue atacada sexualmente en dos oportunidades.
Lo que más le duele a su madre es que el hasta hoy único imputado en el caso, es un primo que quebrantó el vínculo de confianza.
Su pequeña, con solo 16 años, llevaba a cuestas una mochila muy pesada de la que en más de una oportunidad se quiso desprender.
El pasado miércoles 18 de noviembre llegó ese llamado que hizo lo imposible por evitar. Su niñita se había quitado la vida.
"Tuvo tres situaciones anteriores por lo mismo y está le resultó. Me sorprendió porque yo la protegí mucho, la lleve a todos los especialistas para que le brindaran ayuda, pero nunca pudo superarlo", relató aún afectada.
Quedaba poco menos de un mes para que comenzará la preparación del juicio contra quien se presume pudo ser el responsable de este ataque sexual.
El 11 de diciembre esta programado este proceso legal, sin embargo la estudiante del liceo B-10 no pudo seguir esperando.
Luego de dos años el dolor se volvió insoportable y la angustia de verse continuamente acosada e intimidada, terminaron por provocar que decidiera autoeliminarse al interior de su hogar.
"Él la siguió acosando incluso los últimos días, aunque el tenía orden de no acercarse, pero nunca las cumplió", relató la madre.
Afirma que se trata de un sujeto que en la actualidad tiene 28 años. Está casado y tiene hijos, misma condición en que se encontraba al momento de cometer el supuesto ataque.
La mujer hoy intenta buscar entereza para no bajar los brazos a la espera de justicia, porque afirma que "si bien el no la mató con su propias manos, la mató cuando la violó y finalmente es el responsable de su muerte".
El calvario terminó para su hija cuando decidió encontrar la paz que en vida no pudo hallar.
Esta madre aún no logra asumir su partida y solo se detiene para exigir justicia. "Necesito que pague con cárcel, porque pueden venir otras Camilas, si es que ya no hay otras escondidas", remató afectada.
A pesar de la muerte de la muchacha, el juicio continuará adelante. La última palabra la tendrá la justicia.
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