Cartas
Osados bailes
Hace un par de días fui a disfrutar de una tarde de relajo a la piscina de la ciudad. Estaba llena de niños pequeños que junto a sus padres iban a entretenerse en verano. Hasta ahí iba todo bien, habitualmente ponen música lo que me parece entretenido, porque es como que activa el ambiente. Sin embargo, hubo algo que llamó poderosamente mi atención cuando empezaron a poner reggaetón. Las niñas más pequeñas que no sobrepasaban los seis años empezaron a realizar lo que parece ser las coreografías de las canciones y contorneaban sus cuerpitos de forma muy erótica y osada. Sé que lo hacían con total inocencia y así lo quise ver hasta que sorprendí a hombre mayores observando con esos ojos que solo una madre puede entender que no era nada bueno. Lamentablemente en su inocencia no saben lo que hacen, pero nuestra sociedad está tan cambiada que puede ser una "provocación" para algunos enfermos. No condeno lo que hacen las niñas, porque para ellas es solo diversión, pero no comparto que crezcan tan erotizadas. Y pensar que nuestras madres se horrorizaban con la lambada. Hay que ejercer cuidado, porque lo que es una conducta sana, para otros a nuestro alrededor puede provocarlos. Más ojos, más en estos tiempos.
María Cabello